Sobre un cerro a orillas del río Duero se encuentra la ciudad que alberga el mayor número de iglesias románicas de todo el mundo, nos referimos a Zamora, en cuyo casco antiguo se concentra la mayor parte de los más de veinte templos románicos con los que cuenta la ciudad. Aunque este estilo arquitectónico es el más representativo de Zamora, también se pueden ver otros estilos surgidos siglos después con el crecimiento de esta población. Un ejemplo de ello son sus edificios modernistas y sus murales de arte urbano, que junto con los templos románicos crean en sus calles un mosaico de diferentes épocas y estilos.
Zamora también es lugar de paso en la Vía de la Plata, antiguo recorrido donde existía una calzada romana que unía las ciudades de Augusta Emerita (Mérida) y Asturica Augusta (Astorga). Con el tiempo esta vía se ha convertido en uno de los ramales del Camino de Santiago siendo el más importante de los que se comunican con el sur peninsular.
Zamora también es lugar de paso en la Vía de la Plata, antiguo recorrido donde existía una calzada romana que unía las ciudades de Augusta Emerita (Mérida) y Asturica Augusta (Astorga). Con el tiempo esta vía se ha convertido en uno de los ramales del Camino de Santiago siendo el más importante de los que se comunican con el sur peninsular.
Vistas de Zamora desde el margen izquierdo del río Duero |
El río Duero a su paso por Zamora
Con sus 897 kilómetros de longitud, el río Duero es uno de los cauces fluviales más grandes de la Península Ibérica, seña de identidad de muchas ciudades que han ido creciendo a su vera. Una de ellas es Zamora, ciudad que ha tenido una estrecha relación con este río, por eso, antes de adentrarnos en el casco histórico de Zamora es recomendable acercarnos al Puente de Piedra y las Aceñas de Olivares, donde queda patente esta relación.
El Puente de Piedra, de estilo románico, fue construido en el siglo XIII, aunque a lo largo de los siglos se le ha realizado diversas remodelaciones. Cuenta con dieciséis arcos apuntados y tajamares de forma triangular los cuales diversifican las crecidas del río Duero, evitando así dañar el puente. Una vez que lo cruzamos accedemos al margen izquierdo del río, desde donde se contempla una de las mejores panorámicas de la ciudad.
Uno de los ejemplos de la importancia del río Duero para la ciudad de Zamora son Las Aceñas de Olivares, un ingenio hidráulico de ruedas verticales del siglo X que con la fuerza del agua molían los cereales. A partir del siglo XV las aceñas, cuyo nombre proviene del árabe "as-saniya", que significa "la que eleva", también se emplearon como pisones para batanear las lanas y martillos para la forja del hierro. Hoy en día su interior alberga el Centro de Interpretación de las Industrias Tradicionales de Agua, donde se muestra con detalle el funcionamiento de estos ingenios hidráulicos, además de la importancia de los ríos en el origen de las civilizaciones.
Para acceder a la parte alta de la ciudad lo hacemos a través de la Puerta de Olivares o Puerta del Obispo, una de las más antiguas de la muralla que nos lleva hasta la catedral y el castillo. Esta puerta está ubicada entre el Palacio Episcopal y la Casa del Cid o Arias Gonzalo, edificio construido entre los siglos XI y XII que sirvió de residencia a ambos personajes.
El Puente de Piedra, de estilo románico, fue construido en el siglo XIII, aunque a lo largo de los siglos se le ha realizado diversas remodelaciones. Cuenta con dieciséis arcos apuntados y tajamares de forma triangular los cuales diversifican las crecidas del río Duero, evitando así dañar el puente. Una vez que lo cruzamos accedemos al margen izquierdo del río, desde donde se contempla una de las mejores panorámicas de la ciudad.
Uno de los ejemplos de la importancia del río Duero para la ciudad de Zamora son Las Aceñas de Olivares, un ingenio hidráulico de ruedas verticales del siglo X que con la fuerza del agua molían los cereales. A partir del siglo XV las aceñas, cuyo nombre proviene del árabe "as-saniya", que significa "la que eleva", también se emplearon como pisones para batanear las lanas y martillos para la forja del hierro. Hoy en día su interior alberga el Centro de Interpretación de las Industrias Tradicionales de Agua, donde se muestra con detalle el funcionamiento de estos ingenios hidráulicos, además de la importancia de los ríos en el origen de las civilizaciones.
Para acceder a la parte alta de la ciudad lo hacemos a través de la Puerta de Olivares o Puerta del Obispo, una de las más antiguas de la muralla que nos lleva hasta la catedral y el castillo. Esta puerta está ubicada entre el Palacio Episcopal y la Casa del Cid o Arias Gonzalo, edificio construido entre los siglos XI y XII que sirvió de residencia a ambos personajes.
La Catedral de San Salvador, esplendor del románico
La arquitectura románica, tan presente en la ciudad de Zamora, se encuentra representada como no podía ser de otra manera en la fisonomía de su catedral, siendo uno de los ejemplos más claros del románico en un templo catedralicio. La Catedral de Zamora es una de las más antigua de Castilla y León, y en su dilatada historia se han realizado sobre ella diferentes reformas y ampliaciones. Fruto de ello podemos ver en su conjunto diferentes estilos arquitectónicos correspondientes a sus diferentes épocas, donde además del románico, se aprecian las trazas del estilo gótico y neoclásico.
La construcción de la catedral se inició en el año 1139, prologándose las obras hasta el año 1174, desde luego un periodo muy corto para lo que suele ser este tipo de construcciones. Esta circunstancia hizo que este templo en sus inicios tuviera una gran unidad de estilo caracterizado por su sobriedad cisterciense, aunque tenga algunos elementos orientales, representado sobre todo en su cimborrio, de estilo bizantino. Esta construcción tan original y única hizo que otros templos cercanos construyeran otros cimborrios de parecida factura, como la Lugareja de la Colegiata de Toro, la Torre del Gallo de la Catedral vieja de Salamanca y la Torre del Melón de la Catedral de Plasencia.
Su planta de cruz latina está formada por tres naves, teniendo también como elemento arquitectónico tres ábsides románicos, los cuales fueron suprimidos en el siglo XVI por una cabecera gótica. En el siglo XIII se construyeron la torre y el claustro, del cual hablaremos más ampliamente después. La Torre del Salvador, ubicada a los pies de la nave izquierda, tiene 45 metros de altura y su planta cuadrada está subdivida en cinco tramos. De época más reciente es la portada del transepto del Evangelio, proyectada en el año 1592 por el arquitecto Juan del Ribero Rada. De estilo clásico, la portada está formada por un gran arco de medio punto con dos columnas corintias a cada lado, culminado todo el conjunto por un frontón triangular con cuatro pináculos piramidales.
De la catedral románica, a parte del cimborrio y la torre, aún se conserva la Portada del Obispo, cuyas proporciones y equilibrio hace que sea una de las obras maestras de la arquitectura románica. Esta portada solamente tiene dos conjuntos escultóricos a ambos lados de la puerta, y su característica más reseñable son los lóbulos apretados de las arquivoltas de la puerta, conocidos como rollos zamoranos. Estos lóbulos se pueden ver en otras iglesias de la ciudad de Zamora, incluso también los vimos en una ruta del románico que hicimos por Asturias, más concretamente en la iglesia de Santa María de Lugás. Algunos estudiosos han relacionado esta portada con la de las iglesias románicas francesas de Poiteau, Angulema y Saintonge.
Nada más entrar al interior de la catedral nos recibe una pintura al fresco situada junto a la escalera que da acceso a la parte superior del coro. Esta obra fue realizada en el siglo XVI por el pintor Blas de Oña, representando una escena donde se ve a San Cristobal cruzando un río llevando en su hombro al niño Jesús.
Tanto por fuera como por dentro, el cimborrio situado sobre el crucero es digno de admirar por su belleza y originalidad, así que no es de extrañar que su simbología esté asociada a la esfera celeste. El cimborrio fue construido a finales del siglo XII y está formado por un tambor de 16 ventanas, cuya cúpula está revestida con escamas de piedra de influencia bizantina, aunque su morfología y decoración es originario del románico francés procedente de las regiones de Aquitania y Poitou. Posiblemente el autor de esta obra fuera el maestro francés Girald Frucel, quien en aquella época residía en Zamora, siendo el autor también de otras interesantes obras en la ciudad de Ávila, dejando impreso en ambas ciudades su estilo tardorrománico, que ya evidenciaba las primeras influencias góticas.
Otro elemento arquitectónico importante de la catedral es su claustro, construido a finales del siglo XVI y principios del siglo XVII sobre los restos del antiguo claustro románico calcinado por las llamas en el año 1591. El actual claustro fue diseñado por Juan del Ribero Rada en el año 1592 en estilo neoclásico, y en él se puede admirar la belleza de sus proporciones y equilibrio, cuya composición está formada por cuatro naves de cinco arcos de medio punto que rodean el patio. Varios maestros fueron los encargados de construir esta magnífica obra, entre los que se encuentran Hernando de Nates Naveda y los hermanos Juan y García de la Vega, quienes finalizaron la obra en el año 1612.
La construcción de la catedral se inició en el año 1139, prologándose las obras hasta el año 1174, desde luego un periodo muy corto para lo que suele ser este tipo de construcciones. Esta circunstancia hizo que este templo en sus inicios tuviera una gran unidad de estilo caracterizado por su sobriedad cisterciense, aunque tenga algunos elementos orientales, representado sobre todo en su cimborrio, de estilo bizantino. Esta construcción tan original y única hizo que otros templos cercanos construyeran otros cimborrios de parecida factura, como la Lugareja de la Colegiata de Toro, la Torre del Gallo de la Catedral vieja de Salamanca y la Torre del Melón de la Catedral de Plasencia.
Fachada occidental. Vista desde el castillo |
Su planta de cruz latina está formada por tres naves, teniendo también como elemento arquitectónico tres ábsides románicos, los cuales fueron suprimidos en el siglo XVI por una cabecera gótica. En el siglo XIII se construyeron la torre y el claustro, del cual hablaremos más ampliamente después. La Torre del Salvador, ubicada a los pies de la nave izquierda, tiene 45 metros de altura y su planta cuadrada está subdivida en cinco tramos. De época más reciente es la portada del transepto del Evangelio, proyectada en el año 1592 por el arquitecto Juan del Ribero Rada. De estilo clásico, la portada está formada por un gran arco de medio punto con dos columnas corintias a cada lado, culminado todo el conjunto por un frontón triangular con cuatro pináculos piramidales.
Fachada norte. Portada del transepto del Evangelio |
De la catedral románica, a parte del cimborrio y la torre, aún se conserva la Portada del Obispo, cuyas proporciones y equilibrio hace que sea una de las obras maestras de la arquitectura románica. Esta portada solamente tiene dos conjuntos escultóricos a ambos lados de la puerta, y su característica más reseñable son los lóbulos apretados de las arquivoltas de la puerta, conocidos como rollos zamoranos. Estos lóbulos se pueden ver en otras iglesias de la ciudad de Zamora, incluso también los vimos en una ruta del románico que hicimos por Asturias, más concretamente en la iglesia de Santa María de Lugás. Algunos estudiosos han relacionado esta portada con la de las iglesias románicas francesas de Poiteau, Angulema y Saintonge.
Portada del Obispo |
Tanto por fuera como por dentro, el cimborrio situado sobre el crucero es digno de admirar por su belleza y originalidad, así que no es de extrañar que su simbología esté asociada a la esfera celeste. El cimborrio fue construido a finales del siglo XII y está formado por un tambor de 16 ventanas, cuya cúpula está revestida con escamas de piedra de influencia bizantina, aunque su morfología y decoración es originario del románico francés procedente de las regiones de Aquitania y Poitou. Posiblemente el autor de esta obra fuera el maestro francés Girald Frucel, quien en aquella época residía en Zamora, siendo el autor también de otras interesantes obras en la ciudad de Ávila, dejando impreso en ambas ciudades su estilo tardorrománico, que ya evidenciaba las primeras influencias góticas.
Otro elemento arquitectónico importante de la catedral es su claustro, construido a finales del siglo XVI y principios del siglo XVII sobre los restos del antiguo claustro románico calcinado por las llamas en el año 1591. El actual claustro fue diseñado por Juan del Ribero Rada en el año 1592 en estilo neoclásico, y en él se puede admirar la belleza de sus proporciones y equilibrio, cuya composición está formada por cuatro naves de cinco arcos de medio punto que rodean el patio. Varios maestros fueron los encargados de construir esta magnífica obra, entre los que se encuentran Hernando de Nates Naveda y los hermanos Juan y García de la Vega, quienes finalizaron la obra en el año 1612.
El Castillo y las ruinas del convento de San Jerónimo
A través de una puerta de estilo plateresco adosada a la Catedral de San Salvador se accede al parque y Castillo de Zamora, situado sobre un cerro desde donde se obtienen una preciosas vistas del río Duero y la campiña. El origen de este castillo es incierto, pero con toda probabilidad su construcción se inició a mediados del siglo XI, aunque prácticamente de este castillo ya casi no queda nada, pues la mayor parte de la fisonomía del castillo que vemos hoy en día se corresponde a las sucesivas restauraciones iniciadas a principios del siglo XVIII, culminado la última de ellas en el año 2009 tras cuatro años de trabajos realizados por el arquitecto zamorano Francisco Somoza.
El castillo tiene forma romboidal, sobresaliendo sobre toda su estructura tres torres, dos de ellas pentagonales y una heptagonal. Las reformas realizadas en el castillo nos permiten acceder a todo su conjunto, llegando incluso a las almenas, desde donde además de las vistas del Duero encontramos otras excelentes vistas de la catedral y la ciudad de Zamora. En nuestro recorrido por el interior del castillo podemos ver diferentes estancias además del foso, el contrafoso, el patio inferior y la torre del homenaje. Junto al castillo se ha instalado una sala de exposiciones del escultor zamorano Baltasar Lobo, nacido en la localidad zamorana de Cerecinos de Campos en el año 1910. Para este museo se han recuperado medio centenar de esculturas, además de dibujos. pinturas y fotografías del autor.
Dentro del parque del Castillo también se encuentran las ruinas del Monasterio de San Jerónimo, cuyo origen se remonta al año 1534. En su día fue un gran recinto formado por una iglesia del tamaño de una catedral, cinco claustros, una sala capitular y una gran biblioteca, además de otras estancias como la hospedería, la botica y las bodegas, culminando todo el conjunto monástico una torre de 30 metros de altura. Este monasterio fue un claro ejemplo de la arquitectura renacentista, siendo sus lineas muy semejantes a las de la Basílica de San Ambrosio de Milán. En la actualidad, de aquel monasterio solo quedan una portada de arco de medio punto y varias columnas de uno de los claustros, además de algunos muros con sus puertas y ventanas.
El castillo tiene forma romboidal, sobresaliendo sobre toda su estructura tres torres, dos de ellas pentagonales y una heptagonal. Las reformas realizadas en el castillo nos permiten acceder a todo su conjunto, llegando incluso a las almenas, desde donde además de las vistas del Duero encontramos otras excelentes vistas de la catedral y la ciudad de Zamora. En nuestro recorrido por el interior del castillo podemos ver diferentes estancias además del foso, el contrafoso, el patio inferior y la torre del homenaje. Junto al castillo se ha instalado una sala de exposiciones del escultor zamorano Baltasar Lobo, nacido en la localidad zamorana de Cerecinos de Campos en el año 1910. Para este museo se han recuperado medio centenar de esculturas, además de dibujos. pinturas y fotografías del autor.
Dentro del parque del Castillo también se encuentran las ruinas del Monasterio de San Jerónimo, cuyo origen se remonta al año 1534. En su día fue un gran recinto formado por una iglesia del tamaño de una catedral, cinco claustros, una sala capitular y una gran biblioteca, además de otras estancias como la hospedería, la botica y las bodegas, culminando todo el conjunto monástico una torre de 30 metros de altura. Este monasterio fue un claro ejemplo de la arquitectura renacentista, siendo sus lineas muy semejantes a las de la Basílica de San Ambrosio de Milán. En la actualidad, de aquel monasterio solo quedan una portada de arco de medio punto y varias columnas de uno de los claustros, además de algunos muros con sus puertas y ventanas.
Recorrido por las iglesias rómanicas de Zamora
Cómo hemos comentado al principio Zamora cuenta con más de veinte iglesias románicas, por lo que es muy recomendable hacer una ruta para conocerlas. Para no hacerlo demasiado extenso solo vamos a hablar de cinco iglesias, todas ellas ubicadas en el casco antiguo, pero que representan a la perfección la esencia de la arquitectura románica zamorana. Comenzamos esta ruta con la iglesia de San Isidoro, situada muy cerca de la catedral y el castillo, junto a la Puerta de la Lealtad, cuya forma en arco de medio punto formó parte del primer recinto amurallado.
1.- Iglesia de San Isidoro
El inicio de la construcción de esta iglesia se remonta a finales del siglo XII, prolongándose las obras hasta mediado del siglo XIII, apreciándose en su decoración influencias de la catedral. Su estilo románico fue parcialmente transformado por unas reformas llevadas a cabo en los siglos XVII y XVIII, además de por la colocación de una espadaña en el siglo XIX. De estas reformas hay que destacar el camarín barroco de ascendencia salmantina colocado en la cabecera, dándole una cierta singularidad a este templo. En su interior, como en muchas otras iglesias de Zamora, se realizaron profundas reformas perdiendo su carácter románico en sustitución de elementos barrocos. En el caso de San Isidoro, el maestro Francisco Castellote cubrió las bóvedas con yeseria en el año 1775.
2.- Iglesia de la Magdalena
De camino a la Plaza Mayor, en la calle Rúa los Francos, se encuentra la esbelta iglesia de la Magdalena. Un templo de una sola nave y ábside semicircular cuya construcción, según algunos documentos, se inició en el año 1157, culminándose las obras en el año 1215. El trazado de esta iglesia es basilical y consta de una sola nave de planta rectangular, destacando en el conjunto de su fisonomía la portada meridional. Esta portada está rodeada por un arco cuyas arquivoltas están decoradas con hojas de palma, lóbulos con flores y tallos simétricos y entrecruzados, entre los que se encuentra una curiosa figura de un monje tumbado, percibiéndose en todo el conjunto reminiscencias del arte gótico. Del interior de la iglesia destaca un sepulcro románico del siglo XII bajo un baldaquino con cinco columnas decorado con figuras de animales fantásticos y seres mitológicos, cuyas finas líneas muestran una clara influencia del arte oriental.
3.- Iglesia de Santa María la Nueva
Junto al Museo de Semana Santa se encuentra otro templo románico de sumo interés, nos referimos a la iglesia de Santa María la Nueva, construida entre finales del siglo XI y principios del siglo XII. La única nave de esta iglesia es de una gran amplitud y acoplada a ella se encuentra un ábside de planta semicircular con dos pequeñas salitas en sus laterales. La fisonomía de este templo no siempre fue igual, dado que en el año 1158 fue incendiada y reconstruida entorno al año 1200, pudiéndose ver en el templo actual las características del románico pleno en su cabecera, además del estilo tardorrománico en el resto del templo.
Del interior del templo destacamos una pila bautismal del siglo XIII de estilo románico, cuya decoración nos muestra unos magníficos relieves de figuras que representan a varios profetas y apóstoles, además de la escena del Bautismo de Cristo. Muy interesante también resultan unas pinturas murales de estilo gótico descubiertas tras unas reformas en el año 1959 en una de sus paredes, y que datan del siglo XIV. Estas no son las únicas, pues en la salita sur del ábside se hallan unas fantásticas pinturas murales mucho mejor conservadas de época posterior a las antes citadas, y que tuvimos la suerte de contemplar gracias a la mujer encargada del templo que tuvo la amabilidad de enseñárnosla, puesto que éstas no están abiertas al público.
Del interior del templo destacamos una pila bautismal del siglo XIII de estilo románico, cuya decoración nos muestra unos magníficos relieves de figuras que representan a varios profetas y apóstoles, además de la escena del Bautismo de Cristo. Muy interesante también resultan unas pinturas murales de estilo gótico descubiertas tras unas reformas en el año 1959 en una de sus paredes, y que datan del siglo XIV. Estas no son las únicas, pues en la salita sur del ábside se hallan unas fantásticas pinturas murales mucho mejor conservadas de época posterior a las antes citadas, y que tuvimos la suerte de contemplar gracias a la mujer encargada del templo que tuvo la amabilidad de enseñárnosla, puesto que éstas no están abiertas al público.
Pinturas murales en una de las paredes del templo |
4.- Iglesia de San Juan de Puerta Nueva
En la Plaza Mayor se encuentra la iglesia de San Juan de Puerta Nueva, llamada así por qué antiguamente estaba situada junto a una de las puertas de la muralla, aunque también recibe el nombre de San Juan Bautista, ya que en su interior se encuentra un retablo del siglo XVI dedicado a este santo. La construcción de este templo ha pasado por varias etapas, iniciándose las obras a mediados del siglo XII, prologándose en el tiempo hasta el siglo XIV. Esta circunstancia ha hecho que podamos ver en su fisonomía diferentes estilos arquitectónicos, desde el románico, visible en su fachada meridional, hasta el gótico y el barroco visibles en su fachada occidental.
La portada sur, con su arco de medio punto, es un claro ejemplo del románico, formado por tres arquivoltas decoradas con motivos florales y formas geométricas. Encima de esta portada podemos ver un bonito rosetón, en cuyo circulo central encierra una cruz patada, de la que salen ocho columnillas con capiteles decorados con motivos vegetales, asemejándose todo el conjunto a una rueda de carro.
La portada sur, con su arco de medio punto, es un claro ejemplo del románico, formado por tres arquivoltas decoradas con motivos florales y formas geométricas. Encima de esta portada podemos ver un bonito rosetón, en cuyo circulo central encierra una cruz patada, de la que salen ocho columnillas con capiteles decorados con motivos vegetales, asemejándose todo el conjunto a una rueda de carro.
5.- Iglesia de Santiago del Burgo
La iglesia de Santiago del Burgo se encuentra situada en la calle peatonal de Santa Clara y es la iglesia románica mejor conservada de toda la ciudad puesto que aún mantiene su estructura original de tres naves. Su construcción se inicio en la segunda mitad del siglo XII, terminándose las obras en el siglo XIII, aunque en siglos posteriores se hicieron algunas reformas y añadidos, como una estancia adosada en su lado norte cuyo estilo arquitectónico de la bóveda nos indica que es del siglo XVI. Ya en el siglo XIX se realizó la última reforma, dándole el aspecto que vemos hoy en día.
Su cabecera, formada por tres ábsides de planta rectangular se asemeja a otras iglesias de la ciudad, como por ejemplo la de San Cipriano, la de San Esteban o la de Santo Tomé. La fachada meridional, la más visible de todo el templo, se distingue por su singular portada formada por dos arquillos bajo las arquivoltas que se unen sobre un capitel colgante. Y sobre ésta portada se encuentra un pequeño rosetón formado por un circulo en el centro rodeado por seis hexágonos. Al igual que en gran parte del exterior, el interior del templo conserva su construcción original, pudiéndose apreciar unos bellos capiteles decorados con motivos vegetales junto con otros historiados.
Otras iglesias románicas de interés en la ciudad de Zamora, además de las antes mencionadas, son la de Santiago de los Caballeros, San Claudio de Olivares, Santa María de la Horta, Sancti Spiritus, San Vicente y San Antolín.
Su cabecera, formada por tres ábsides de planta rectangular se asemeja a otras iglesias de la ciudad, como por ejemplo la de San Cipriano, la de San Esteban o la de Santo Tomé. La fachada meridional, la más visible de todo el templo, se distingue por su singular portada formada por dos arquillos bajo las arquivoltas que se unen sobre un capitel colgante. Y sobre ésta portada se encuentra un pequeño rosetón formado por un circulo en el centro rodeado por seis hexágonos. Al igual que en gran parte del exterior, el interior del templo conserva su construcción original, pudiéndose apreciar unos bellos capiteles decorados con motivos vegetales junto con otros historiados.
Otras iglesias románicas de interés en la ciudad de Zamora, además de las antes mencionadas, son la de Santiago de los Caballeros, San Claudio de Olivares, Santa María de la Horta, Sancti Spiritus, San Vicente y San Antolín.
Art-Nouveau en Zamora, ruta del modernismo
Una de la cosas que más nos llamó la atención de Zamora fueron sus edificios modernistas, fruto del desarrollo urbanístico y arquitectónico que se produjo en la ciudad a mediados del siglo XIX, dando lugar a una una eclosión de edificios cuyas fachadas contaban con miradores de hierro, revestimientos cerámicos y cierres de vidrio. Esta nueva tendencia arquitectónica surgida en Europa y Estados Unidos a finales del siglo XIX se la denominó «Art-Nouveau», y fue introducida en Zamora por arquitectos como Francisco Ferriol, Antonio García Sánchez o Antonio Salazar, entre otros.
Este gran número de edificios modernistas le valió a Zamora para ser incluida en el grupo de ciudades que conforman la Ruta Europea del Modernismo, no en vano la ciudad cuenta con 19 edificios de este estilo. Durante esta interesante ruta veremos edificios como la Casa de las Cariátides en la Plaza Sagasta, la Casa de Valentín Matilla en la calle de Santa Clara, la Casa Tejedo en la Ronda de Feria o la Casa de Faustina Leirado en la emblemática Balborraz, conocida por su empinada cuesta y sus casas escalonadas.
Edificios modernistas en la Plaza Sagasta |
Zamora también se suma al arte urbano
Muchas ciudades y, más en los últimos años, han decidido decorar algunas de las fachadas de sus calles con el denominado 'arte urbano', una expresión pictórica muy diversa y en constante evolución surgida en las grandes ciudades a mediados de los años 60. En la mayoría de los casos estos murales urbanos buscaban sorprender al espectador con unos dibujos que invitaban a la reflexión. Este fenómeno artístico fue creciendo en los años sucesivos, no solo en cantidad, sino también en diversidad y complejidad, acuñándosele a mediados de los años 90 el término street art (arte urbano o arte callejero), década en la que también se comenzó a estudiar este fenómeno artístico.
En estos últimos años, esta expresión artística está dejando de ser marginal para convertirse en un movimiento cada vez más establecido y aceptado por la sociedad y las instituciones, siendo un ejemplo de ello, por citar sólo las que conocemos, las ciudades de Toro, Valencia, Vitoria y Zamora. En cada una de estas ciudades podemos hacer una ruta por sus calles y plazas para contemplar este arte urbano lleno de imaginación. Ahora que estamos en Zamora aprovechamos para ver algunas de estas obra urbanas que tan bien se conjugan con el arte románico y modernista de la ciudad.
Podemos empezar visitando el Trampantojo de la calle Moreno, donde se ha convertido una pared anodina por medio de la anamorfosis en una calle imaginaria; después también podemos visitar el mural de la Costanilla, en el que se plasma un puñado de objetos como una rueda de carro, una caja de reloj de madera, un molino de agua y un árbol, formando una única composición llena de fantasía. Acompañando a estas obras también podemos ver el Trampantojo Garage, el mirador del Troncoso, lego y canicas, Espíritu Santo o el ojo, entre otros. Esta iniciativa artística tendrá su continuación pues se reproducirán obras de artistas como Giorgio de Chirico, conocido por sus pinturas paisajísticas, además de murales donde se representarán paisajes y personajes relacionados con Zamora.
Si quieres saber más de la ciudad de Zamora, su gastronomía y tapas, te invito a que visites el blog de Viajes y Rutas: Zamora, románico y modernismo a partes iguales. Nosotros probamos el arroz a la zamorana, uno de los platos más típicos de la ciudad.
Trampantojo de la calle Moreno |
El ojo |
Mural de la Costanilla |
Si quieres saber más de la ciudad de Zamora, su gastronomía y tapas, te invito a que visites el blog de Viajes y Rutas: Zamora, románico y modernismo a partes iguales. Nosotros probamos el arroz a la zamorana, uno de los platos más típicos de la ciudad.
Dónde dormir en Zamora
Si deseas pasar unos días conociendo todo lo que ofrece la ciudad de Zamora nosotros te recomendamos alojarte en el AC Hotel Zamora. Este hotel se sitúa a pocos minutos del centro histórico, en una zona muy tranquila y de fácil aparcamiento. Las habitaciones son espaciosas y están bien equipadas con aire acondicionado, minibar, televisión de plasma, cuarto de baño completo, escritorio y wi-fi. Además el hotel cuenta con gimnasio, restaurante y desayuno buffet. La verdad es que tanto la ubicación como el buen precio que conseguimos supuso una excelente elección para alojarse en Zamora. Echad un vistazo a este hotel. Y si vienes en autobús o tren, la estación se encuentra a pocos metros del hotel.
14 Comentarios
Menudo pedazo de repaso a Zamora! Este post es de los que a mi me gustan, con fundamento. Bien hecho chicos, me ha encantado, además Zamora se lo merece.
ResponderEliminarUn beso
Carmen
Muchas gracias Carmen. Claro que Zamora se lo merece, es una ciudad con un rico patrimonio Una ciudad muchas veces olvidada.
EliminarPues justo hace unos días hablábamos de Zamora, me viene genial tu post para una visita, estamos relativamente cerca y esos edificios modernistas me han terminado de convencer :)
ResponderEliminarMuy buena info!!Saludos viajeros!
Cuanto nos alegra que te sirva el post. Si todavía no conoces Zamora te va a encantar.
EliminarMuy buen recorrido el que nos propones. Me encantó la ciudad cuando la visité el año pasado. fue una muy buen experiencia y, además, disfruté también de la gastronomía de aquellas tierras.
ResponderEliminarDe pequeña he viajado mucho a Zamora, ya que tengo familia allí. Pero este viaje ha sido muy diferente y con muchos recuerdos.
Eliminar¡Qué completísimo y gran post! Primero me ha transmitido mucha paz el recorrido por cada sitio, segundo, me he enamorado aún más del Art-Nouveau... y el toque de arte callejero que pone modernismo a todo.
ResponderEliminarGracias por este paseo que me has dado.
Ale Martinez Notte
Es una ciudad preciosa que me trae muchos recuerdos. La verdad que además de ser la ciudad con más iglesias románicas del mundo, cuenta con otros estilos como este del Art-Nouveau. Saludos
EliminarEstupendo resumen de lo que se puede encontrar en Zamora. Realmente es una hermosa ciudad a veces algo olvidada. Gracias por el recuerdo y el paseo que nos has dado. La última vez que estuve, en la Navidad pasada, no pude visitar las iglesias románicas. Estaban cerradas por vacaciones, algo increíble en una ciudad que quiere apostar por el turismo.
ResponderEliminarDa igual, recomiendo visitar Zamora siempre que se pueda, porque enamora.
Muchas gracias Cristina. Cuando fuimos nosotros también decidieron algunas iglesias, sin previo aviso, cerrar por descanso cuando no les tocaba. Yo también pienso que esto no es bueno para el turismo, pero bueno de todas formas es una ciudad a la que tengo mucho cariño porque tengo familia allí.
EliminarNo sabia que en Zamora hubiera tanto románico, con lo que me gusta a mí las contrucciones de esa época. Una buena disculpa para ir a conocer Zamora.
ResponderEliminarYa tienes una excusa para ir a conocer Zamora
EliminarYo en mi blog hice un día una entrada sobre la Zamora modernista, tu haces un completo estupendo. Realmente Zamora es una ciudad digna de visitar, a mi me encanta, y se come estupendamente y sus vinos de Toro, en fin... Además su Catedral es espectacular como tu bien has descritos.
ResponderEliminarSaludos viajeros LoBo BoBo
Muchas gracias Paco por tus palabras. La verdad que Zamora es la gran desconocida, por eso quien la visita por primera vez se queda sorprendido con su amplia muestra monumental, más si le gusta el Románico como a nosotros. Un saludo
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