A orillas del Mediterráneo, la ciudad de Valencia es hoy en día una ciudad moderna y a la vez histórica, pues su fértil huerta hizo que esta tierra fuera ya habitada entre los siglos IV y III a.C. Desde entonces Valencia ha ido creciendo hasta convertirse en la tercera ciudad más grande de España, cuya fisonomía actual se debe en gran parte a la renovación arquitectónica que se realizó en ella en la segunda mitad del siglo XX y principios del XXI, gracias a los trabajos de arquitectos como Calatrava, Chipperfiel o Foster. Aún así, Valencia a sabido conservar su carácter histórico manteniendo sus edificios góticos, neoclásicos y barrocos, una conjunción perfecta entre lo antiguo y lo moderno que apreciaremos al recorrer sus calles y plazas.
Plaza de la Virgen y su conjunto monumental |
Aunque sus playas nos inviten a bañamos o a pasear sintiendo su fina arena bajo nuestros pies, no debemos olvidarnos de los rincones que guarda la ciudad de Valencia. Durante este recorrido por la ciudad del Turia visitaremos sus principales monumentos, pasando por calles que nos depararan más de una sorpresa. También visitaremos la Ciudad de las Artes y las Ciencias, un auténtico lugar de ocio y conocimiento al alcance de los valencianos y de los viajeros que visiten la ciudad. Y como colofón, nos acercaremos a su Albufera, un pequeño mar interior con un gran interés ecológico.
Puertas de la Muralla: Las Torres de Serranos y de Quart
De la antigua muralla medieval de Valencia quedan hoy en día dos de sus puertas de entrada, las conocidas como Torres de Serranos y Torres de Quart, ambas de estilo gótico. Las Torres de Serranos fueron construidas a finales del siglo XIV, y su característica más reseñable son sus cinco salas situadas en su parte trasera, desde las cuales se divisan las azoteas del casco histórico y las calles del Barrio del Carmen. Desde el otro lado de las torres se obtienen unas excelentes vistas del antiguo cauce del río Turia, pues sus aguas fueron desviadas para convertirlo en los actuales jardines del Turia.
Las Torres de Quart se encuentran en pleno centro de la ciudad y fueron construidas a mediados del siglo XV bajo la dirección de los arquitectos Francesc Baldomar y Pere Comte. A diferencia de las de Serranos que son poligonales, las Torres de Quart son cilíndricas y, desde ellas, se obtienen unas magníficas vistas del casco antiguo.
Las Torres de Quart se encuentran en pleno centro de la ciudad y fueron construidas a mediados del siglo XV bajo la dirección de los arquitectos Francesc Baldomar y Pere Comte. A diferencia de las de Serranos que son poligonales, las Torres de Quart son cilíndricas y, desde ellas, se obtienen unas magníficas vistas del casco antiguo.
La Torre de Serranos
Arte urbano en la calle Moret, 'la calle de los colores'
Detrás de una de las ventanas de la calle Moret, en el Barrio del Carmen, se encuentra el estudio del fotógrafo Alfonso Calza, quien días tras día contemplaba el aspecto descuidado y olvidado de este callejón, cuyos desangelados muros acrecentaban, más si cabe, la sensación de abandono. Queriendo cambiar esta situación se le ocurrió una genial idea, utilizar estas anodinas paredes para plasmar en ellas algunas de sus fotografías a través de la pintura. Para ello, se puso en contacto con varios artistas urbanos como Zingaro, Deih, Capiflex y el pintor Luis Lonjedo, creando entre todos un magnífico proyecto llamado "la calle de los colores".
Desde entonces, esta calle ha ido adquiriendo color gracias a las diferentes pinturas y graffitis representadas en sus fachadas, con obras como "otoño en Bremen" de Zíngaro, "puente en Venecia" de Deih, y las pinturas de Luis Lonjedo: "el batería", "la chica" y "el beso". Esta última obra está basada en una instantánea tomada por la cámara de Alfonso Calza, quien capturó esta bella imagen de una pareja besándose en la estación London Brigde de Londres el 14 de agosto de 2012. Pero estos no son los únicos murales que podemos encontrar en la ciudad de Valencia, pues en los barrios de Ruzafa y el Cabañal podemos encontrar otras muestras de graffitis junto con nuevas tendencias de arte urbano.
Puente en Venecia, de Deih
Desde entonces, esta calle ha ido adquiriendo color gracias a las diferentes pinturas y graffitis representadas en sus fachadas, con obras como "otoño en Bremen" de Zíngaro, "puente en Venecia" de Deih, y las pinturas de Luis Lonjedo: "el batería", "la chica" y "el beso". Esta última obra está basada en una instantánea tomada por la cámara de Alfonso Calza, quien capturó esta bella imagen de una pareja besándose en la estación London Brigde de Londres el 14 de agosto de 2012. Pero estos no son los únicos murales que podemos encontrar en la ciudad de Valencia, pues en los barrios de Ruzafa y el Cabañal podemos encontrar otras muestras de graffitis junto con nuevas tendencias de arte urbano.
El beso, de Luis Lonjedo
La curiosa casa de los gatos en el Barrio del Carmen
Dentro del Barrio del Carmen, en la calle Museo, se encuentra un singular rincón conocido como la "casa de los gatos". Para ello, nos tenemos que fijar en una de la paredes de esta calle donde veremos una pequeña casa en miniatura cuya puerta siempre está abierta para los gatos. El artífice de esta curiosa obra es el escultor Alfonso Yuste Navarro, quien durante años vio como unos gatos entraban por un agujero que daba al solar de su taller. Así que, como homenaje a estos enigmáticos animales decidió construirles esta pequeña casa a la que no le falta ningún detalle, convirtiendo este rincón en uno de los lugares más visitados de Valencia.
Donde más podemos hacernos una idea de la amplia historia de esta ciudad es en la Plaza de la Virgen, la cual acogía el antiguo foro romano. Muestra de ello son varias lápidas romanas que actualmente están integradas en el zócalo de la Basílica de la Virgen de los Desamparados a modo de sillares. Este templo, junto con la Catedral de Santa María, el Palacio de la Generalitat y la Fuente de las Ocho Acequias del Turia forman el conjunto monumental de esta plaza.
La Basílica de la Virgen de los Desamparados
Este templo fue construido entre los años 1652 y 1667 en estilo barroco bajo las directrices del arquitecto Diego Martínez Ponce de Urrana quién trabajó junto con los maestros José Artigues y José Montero, los cuales se encargaron bajo su dirección de la construcción de la capilla. El conjunto de este edificio está formado por una planta de forma trapezoidal culminado por una cúpula de forma ovalada descentrada de su eje, además de un paso elevado conocido como "arco novo" que se comunica con la catedral.
La decoración de su interior con sus pilares, capiteles, frontones y ventanas son de estilo neoclásico, y fue realizada entre los años 1763 y 1767 por el arquitecto Vicente Gascó Masot. Todo el conjunto se estructura alrededor de un óvalo central sostenido por ocho pilares adosados de mármol rojo, en cuya cabecera se halla el Altar Mayor con la imagen de la Virgen de los Desamparados.
La decoración de su interior con sus pilares, capiteles, frontones y ventanas son de estilo neoclásico, y fue realizada entre los años 1763 y 1767 por el arquitecto Vicente Gascó Masot. Todo el conjunto se estructura alrededor de un óvalo central sostenido por ocho pilares adosados de mármol rojo, en cuya cabecera se halla el Altar Mayor con la imagen de la Virgen de los Desamparados.
La Catedral de Valencia y la torre gótica del Miguelete
Si algo hay que destacar de la Catedral de Valencia es su variedad de estilos arquitectónicos, pues desde que se empezó a construir en el año 1262 se le han ido realizando durante siglos varias remodelaciones que han durado hasta el año 1972. Aunque el estilo gótico es el que predomina en este templo, también podemos ver elementos románicos, renacentistas, barrocos y neoclásicos. Fue entre los siglos XIII y XV cuando se levantó en estilo gótico la estructura principal de la catedral siguiendo los planos del arquitecto Arnau Vidal, estando construida ya a finales del siglo XIII la girola con sus ocho capillas, además de la puerta románica de la Almoina. La puerta de los Apostoles, construida en estilo gótico francés entre los años 1300 y 1350, sirvió para cerrar el crucero por su lado oeste, siendo su característica más reseñable su enorme rosetón decorado con una estrella de seis puntas.
Tanto la Capilla del Santo Cáliz, de mediados del siglo XIV, como la Torre del Micalet o Miguelete, construida entre los años 1381 y 1425, estaban originalmente separadas del conjunto de la catedral. Hasta que en el año 1459 fueron conectados al resto del templo por medio de la construcción de la Arcada Nova o Arcada de la Seu, obra de los arquitectos Francesc Baldomar y Pere Comte. Los otros elementos que caracterizan a esta catedral son la galería de estilo renacentista construida en el año 1566 bajo la dirección del arquitecto Miquel Porcar, y la Puerta de los Hierros, construida en el año 1703 en estilo barroco por el alemán Konrad Rudolf.
Una de las imágenes más bellas del interior de la catedral es el conjunto formado por el Altar Mayor, decorado con un retablo renacentista y barroco; el cimborrio, formado por un prisma octogonal con ocho vidrieras de estilo gótico francés, y el gran rosetón de la Puerta de los Apóstoles. Este rosetón de 6,45 metros de diámetro está constituido por dos triángulos equiláteros entrelazados, formando una estrella de seis puntas. Uno de los triángulos representa la Santísima Trinidad, mientras que el otro triángulo invertido representa las dos vías de acceso a Dios, la de la razón, con la filosofía y la teología, y la de la intuición y el amor.
Tanto la Capilla del Santo Cáliz, de mediados del siglo XIV, como la Torre del Micalet o Miguelete, construida entre los años 1381 y 1425, estaban originalmente separadas del conjunto de la catedral. Hasta que en el año 1459 fueron conectados al resto del templo por medio de la construcción de la Arcada Nova o Arcada de la Seu, obra de los arquitectos Francesc Baldomar y Pere Comte. Los otros elementos que caracterizan a esta catedral son la galería de estilo renacentista construida en el año 1566 bajo la dirección del arquitecto Miquel Porcar, y la Puerta de los Hierros, construida en el año 1703 en estilo barroco por el alemán Konrad Rudolf.
La Torre del Miguelete
Una de las imágenes más bellas del interior de la catedral es el conjunto formado por el Altar Mayor, decorado con un retablo renacentista y barroco; el cimborrio, formado por un prisma octogonal con ocho vidrieras de estilo gótico francés, y el gran rosetón de la Puerta de los Apóstoles. Este rosetón de 6,45 metros de diámetro está constituido por dos triángulos equiláteros entrelazados, formando una estrella de seis puntas. Uno de los triángulos representa la Santísima Trinidad, mientras que el otro triángulo invertido representa las dos vías de acceso a Dios, la de la razón, con la filosofía y la teología, y la de la intuición y el amor.
El Santo Grial y la Catedral de Valencia
La Catedral de Valencia también es conocida por albergar en su interior una de las reliquias más misteriosas de la cristiandad, nos referimos al Santo Grial, la copa utilizada por Jesucristo en la Última Cena. Se encuentra desde el año 1916 en lo que antiguamente era la Sala Capitular, pasándose a denominar desde entonces esta sala como Capilla del Santo Cáliz. Aunque no se puede saber a ciencia cierta si este cáliz fue el que estuvo en la Última Cena, si es verdad que de los numerosos griales repartidos por el mundo, el de Valencia por cercanía histórica es el que más posibilidades tiene, pues el arqueólogo Antonio Beltrán lo fechó en el siglo I.
Según cuenta la leyenda, fueron muchas las vicisitudes por las que tuvo que pasar el Grial hasta llegar a la Catedral de Valencia. El viaje del Santo Grial comenzó cuando San Pedro lo llevó hasta Roma, aunque el viaje no terminó aquí, pues a mediados de siglo III el Papa Sixto II entregó la reliquia a San Lorenzo para que la llevara a su tierra, Huesca, ya que temía que cayera en manos paganas. El Grial fue guardado en el Monasterio de San Juan de la Peña, cerca de la población de Jaca, hasta que siglos más tarde la comunidad de este monasterio donó el cáliz al Rey de la Corona de Aragón, Martín el Humano. Este monarca lo depositó en el año 1399 en el Palacio Real de la Aljaferia, situado en la ciudad de Zaragoza. Allí estuvo hasta que en el año 1437 Alfonso el Magnanimo trasladó la reliquia a la ciudad de Valencia, depositándose ésta en la catedral.
Según cuenta la leyenda, fueron muchas las vicisitudes por las que tuvo que pasar el Grial hasta llegar a la Catedral de Valencia. El viaje del Santo Grial comenzó cuando San Pedro lo llevó hasta Roma, aunque el viaje no terminó aquí, pues a mediados de siglo III el Papa Sixto II entregó la reliquia a San Lorenzo para que la llevara a su tierra, Huesca, ya que temía que cayera en manos paganas. El Grial fue guardado en el Monasterio de San Juan de la Peña, cerca de la población de Jaca, hasta que siglos más tarde la comunidad de este monasterio donó el cáliz al Rey de la Corona de Aragón, Martín el Humano. Este monarca lo depositó en el año 1399 en el Palacio Real de la Aljaferia, situado en la ciudad de Zaragoza. Allí estuvo hasta que en el año 1437 Alfonso el Magnanimo trasladó la reliquia a la ciudad de Valencia, depositándose ésta en la catedral.
La casa más estrecha de Valencia
Estando en Valencia tenemos la posibilidad de conocer la que es considerada como la casa más estrecha de España, hasta dicen que incluso de Europa. Esta singular casa de cinco plantas se encuentra en la Plaza Lope de Vega, en pleno centro de la ciudad, justo al lado de la iglesia gótica de Santa Catalina. Un cartel justo encima de la puerta de entrada nos indica que su fachada mide 107 centímetros de ancho, solo un poco más ancha que la puerta, aunque nada más verla nos daremos cuenta de su estrechez. Actualmente su interior forma parte del bar "La Estrecha", ya que el dueño del establecimiento derribó la pared que unía ambos edificios, manteniendo el antiguo suelo para que la gente viera como era la antigua casa. Ademas podemos ver un pequeño museo con fotografías de época de este curioso edificio.
La Plaza redonda, una de las más singulares de España
Valencia tiene una de las plazas más singulares de España y se la conoce como plaza Redonda o "el Clot", cuyo significado es "el agujero". Con sus 37 metros de diámetro, tiene cuatro accesos asimétricos que confluyen en la fuente situada en el centro de la plaza. Fue construida en el año 1840 por el arquitecto Salvador Escrig para uso comercial, y se encuentra justo al lado de la Plaza Lope de Vega, en lo que era el antiguo centro geográfico de la ciudad. Siguiendo la tradición algunos de estos establecimientos siguen vendiendo comestibles y objetos domésticos, aunque algunos han cambiado, y hoy en día se han convertido en tiendas de souvenirs y de ropa, e incluso hay alguna cafetería.
La Lonja de la Seda, obra maestra del gótico civil
Junto al Mercado Central se encuentra uno de los más bellos edificios de la arquitectura civil gótica en España, nos referimos a la Lonja de la Seda. Su construcción se inició en el año 1483 bajo la dirección del arquitecto Pere comte, quien siguió el modelo arquitectónico de la Lonja de Palma de Mallorca. Esta obra se extendió hasta el año 1548 dando como resultado este magnífico edificio formado por el Salón Columnario, el Torreón y el Pabellón del Consulado del Mar. A todas estas salas se accede a través del Patio de los Naranjos, en cuyo centro se encuentra una fuente con forma de estrella de ocho puntas. La arquitectura de este palacio entremezcla las formas del gótico flamígero con las primeras reminiscencias del renacimiento, por lo que estos y otros elementos le han valido a la Lonja de la Seda para ser declarado por la Unesco Patrimonio de la Humanidad en el año 1996.
Sin lugar a dudas, la estancia más llamativa es el Salón Columnario, llamado así porque su interior consta de ocho esbeltas columnas helicoidales que se abren en el techo, formando quince bóvedas de crucería que cubren todo el espacio interior. En conjunto, las columnas y las bóvedas representan simbólicamente el paraíso terrenal, siendo las columnas troncos de palmeras que se abren a la bóveda celeste. Antiguamente este simbolismo se podía apreciar mejor que en la actualidad cuando las bóvedas estaban pintadas de azul y decoradas con estrellas doradas.
En esta sala durante siglos se cerraron tratos comerciales entre arroceros, ganaderos, industriales harineros y otros tipos de comerciantes, pudiéndose ver dentro de este edificio productos tan variados como legumbres, chocolates y jabones. Pero el producto más común en esta lonja, sobre todo entre los siglos XIV y XVIII, fue el tejido de seda, de ahí su nombre.
Sin lugar a dudas, la estancia más llamativa es el Salón Columnario, llamado así porque su interior consta de ocho esbeltas columnas helicoidales que se abren en el techo, formando quince bóvedas de crucería que cubren todo el espacio interior. En conjunto, las columnas y las bóvedas representan simbólicamente el paraíso terrenal, siendo las columnas troncos de palmeras que se abren a la bóveda celeste. Antiguamente este simbolismo se podía apreciar mejor que en la actualidad cuando las bóvedas estaban pintadas de azul y decoradas con estrellas doradas.
En esta sala durante siglos se cerraron tratos comerciales entre arroceros, ganaderos, industriales harineros y otros tipos de comerciantes, pudiéndose ver dentro de este edificio productos tan variados como legumbres, chocolates y jabones. Pero el producto más común en esta lonja, sobre todo entre los siglos XIV y XVIII, fue el tejido de seda, de ahí su nombre.
Salón Columnario
La Capilla Sixtina de Valencia: Frescos de San Nicolás
La modesta fisonomía exterior de la iglesia de San Nicolás para nada nos hace sospechar que en su interior guarda una auténtica obra maestra, una bóveda decorada con frescos de una belleza increíble que nos recuerda a la Capilla Sixtina de Roma. El origen de esta iglesia se remonta al siglo XIII, pero de ese antiguo templo ya no queda nada, pues entre los años 1419 y 1455 se rehízo completamente la iglesia en estilo gótico bajo la dirección del arquitecto Carlos Campos. Como elemento decorativo, este arquitecto colocó un rosetón con una estrella de seis puntas encima de la portada, muy parecido al de la catedral, simbolizando en ambos casos el orden cósmico y el movimiento de las estrellas.
Más de dos siglos después, entre los años 1690 y 1693, siguiendo el modelo arquitectónico de la época, se recubre el interior gótico con bóvedas de estilo barroco decoradas con los fantásticos frescos que antes hemos mencionado. El artífice de las bóvedas fue el arquitecto Juan Bautista Pérez Castiel, y los autores de los frescos fueron los pintores Antonio Palomino y su discípulo Dionis Vidal. Los dibujos de los frescos a través de 2.000 metros cuadrados representan la vida y obra de San Nicolás de Bari y San Pedro Mártir, junto con alegorías que hacen referencia a las virtudes.
Su perfecto estado de conservación se debe a las obras de restauración iniciadas por la Fundación Hortensia Herreros a mediados del año 2012, donde se han utilizado luces ultravioletas e infrarrojos para recuperar los colores originales de los frescos. A partir de febrero del año 2016 todas las personas que entran a la iglesia pueden hacerse una idea de cómo eran estas pinturas en sus orígenes, quedando maravilladas ante tan prodigiosa obra maestra.
Más de dos siglos después, entre los años 1690 y 1693, siguiendo el modelo arquitectónico de la época, se recubre el interior gótico con bóvedas de estilo barroco decoradas con los fantásticos frescos que antes hemos mencionado. El artífice de las bóvedas fue el arquitecto Juan Bautista Pérez Castiel, y los autores de los frescos fueron los pintores Antonio Palomino y su discípulo Dionis Vidal. Los dibujos de los frescos a través de 2.000 metros cuadrados representan la vida y obra de San Nicolás de Bari y San Pedro Mártir, junto con alegorías que hacen referencia a las virtudes.
Su perfecto estado de conservación se debe a las obras de restauración iniciadas por la Fundación Hortensia Herreros a mediados del año 2012, donde se han utilizado luces ultravioletas e infrarrojos para recuperar los colores originales de los frescos. A partir de febrero del año 2016 todas las personas que entran a la iglesia pueden hacerse una idea de cómo eran estas pinturas en sus orígenes, quedando maravilladas ante tan prodigiosa obra maestra.
El Palacio del Marqués de dos Aguas
Valencia, además de sus monumentos, cuenta con una gran cantidad de museos, nada más y nada menos que 45, donde tendremos la oportunidad de disfrutar del arte, la ciencia y la cultura en general. Uno de estos museos se encuentra ubicado en el Palacio del Marqués de dos Aguas, situado en pleno centro histórico de Valencia. Se trata de un edificio del siglo XV que perteneció a los Rabassa de Perellós, titulares del marquesado de Dos Aguas, siendo Giner Rabassa de Perellós y Lanuza quien inició la primera reforma en el palacio en el año 1740, dándole su actual fisonomía barroca. A estas reformas le sucedieron otras en los siglos XIX y XX, haciendo que este palacio fuera declarado Monumento Histórico Artístico en el año 1941.
Lo que más llama la atención de su fachada es la puerta de entrada, una magnífica portada de alabastro de estilo churrigueresco realizada por el escultor Ignacio Vergara sobre el diseño de Hipólito Rovira, en el año 1744. El conjunto principal de esta obra está compuesta por la imagen de la Virgen del Rosario en la parte superior, obra del escultor Francisco Molinelli, y la figura de dos atlantes a ambos lados de la puerta que simbolizan los ríos Turia y Júcar.
Este palacio fue comprado en el año 1949 por el estado para albergar el Museo Nacional de Cerámica y de las Artes Suntuarias, donadas por el dibujante e historiador Manuel González Martí, inaugurándose el museo en el año 1954. El edificio consta de dos plantas y se dispone en torno a un patio con una fuente, albergando la primera planta gran parte de las estancias del palacio, como el Salón Chino, la Sala de Porcelana, el comedor, el Salón de Baile o el dormitorio del Marqués; mientras que en la segunda planta se encuentra la exposición de cerámica de González Martí, donde podremos ver una importante colección de piezas que abarcan desde la antigüedad hasta los más modernos diseños. El museo también cuenta con una exposición de carruajes del siglo XVIII, y una reproducción de una cocina decorada con cerámicas de Manises típicamente valenciana.
Lo que más llama la atención de su fachada es la puerta de entrada, una magnífica portada de alabastro de estilo churrigueresco realizada por el escultor Ignacio Vergara sobre el diseño de Hipólito Rovira, en el año 1744. El conjunto principal de esta obra está compuesta por la imagen de la Virgen del Rosario en la parte superior, obra del escultor Francisco Molinelli, y la figura de dos atlantes a ambos lados de la puerta que simbolizan los ríos Turia y Júcar.
Este palacio fue comprado en el año 1949 por el estado para albergar el Museo Nacional de Cerámica y de las Artes Suntuarias, donadas por el dibujante e historiador Manuel González Martí, inaugurándose el museo en el año 1954. El edificio consta de dos plantas y se dispone en torno a un patio con una fuente, albergando la primera planta gran parte de las estancias del palacio, como el Salón Chino, la Sala de Porcelana, el comedor, el Salón de Baile o el dormitorio del Marqués; mientras que en la segunda planta se encuentra la exposición de cerámica de González Martí, donde podremos ver una importante colección de piezas que abarcan desde la antigüedad hasta los más modernos diseños. El museo también cuenta con una exposición de carruajes del siglo XVIII, y una reproducción de una cocina decorada con cerámicas de Manises típicamente valenciana.
Sala de Baile del Palacio Marqués de Dos Aguas
Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia
La cultura y la ciencia están muy presentes en la ciudad de Valencia, pues si nos desplazamos a 3 kilómetros del casco antiguo en dirección al antiguo cauce del río Turia, nos encontraremos con una fantástica ciudad futurista, la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia. Este magnífico complejo de estilizadas formas fue diseñado por el arquitecto Santiago Calatrava con una pequeña aportación de Félix Candela, arquitecto que diseñó las cubiertas de los edificios principales del Oceanográfic.
Sobre las aguas cristalinas de unas grandes piscinas que representan al Mediterráneo se encuentran los seis edificios que conforman esta miniciudad; el Oceanográfic, un enorme acuario de más de 500 especies diferentes de animales acuáticos, como delfines, focas, pingüinos, tiburones, leones marinos o morsas; el Hemisféric, un cine digital 3D con una pantalla cóncava de 900 metros que te envolverá con las imágenes de los documentales que allí se proyectan; el Museo de las Ciencias Príncipe Felipe, recinto donde se muestran diferentes exposiciones interactivas sobre ciencia y tecnología, en el que se organizan talleres científicos para todos los públicos; El Palacio de las Artes Reina Sofia, donde se programan de octubre a noviembre óperas, zarzuelas, conciertos y ballet; el Umbracle, un jardín de más de 17.000 m2 formado por plantas típicas mediterráneas y esculturas contemporáneas; y el Agóra, un espacio destinado a organizar toda clase de eventos.
Sobre las aguas cristalinas de unas grandes piscinas que representan al Mediterráneo se encuentran los seis edificios que conforman esta miniciudad; el Oceanográfic, un enorme acuario de más de 500 especies diferentes de animales acuáticos, como delfines, focas, pingüinos, tiburones, leones marinos o morsas; el Hemisféric, un cine digital 3D con una pantalla cóncava de 900 metros que te envolverá con las imágenes de los documentales que allí se proyectan; el Museo de las Ciencias Príncipe Felipe, recinto donde se muestran diferentes exposiciones interactivas sobre ciencia y tecnología, en el que se organizan talleres científicos para todos los públicos; El Palacio de las Artes Reina Sofia, donde se programan de octubre a noviembre óperas, zarzuelas, conciertos y ballet; el Umbracle, un jardín de más de 17.000 m2 formado por plantas típicas mediterráneas y esculturas contemporáneas; y el Agóra, un espacio destinado a organizar toda clase de eventos.
Interior del Museo de las Ciencias Príncipe Felipe
Disfrutar de un atardecer en la Albufera de Valencia
A 10 kilómetros al sur de la ciudad se encuentra el lago más grande de España, la Albufera de Valencia, uno de los humedales costeros más importantes de la Comunidad Valenciana. Su origen se remonta a 1,8 millones de años, cuando la bahía de la costa se cerró por una franja de tierra creando este pequeño mar interior de 24 km2 y un metro de profundidad.
Este paraje tiene un gran interés ecológico pues en él hibernan muchas especies de aves acuáticas, como el pato colorado, la garza, el charrán, la cigüeña o el cormorán, entre otras especies, y bajo sus aguas habitan numerosos peces como el samaruc, el fartet, la anguila, el mujól o la lubina. La Albufera está rodeada por más de 200 km2 de arrozales, además de contar entre su paisaje con dunas litorales, zonas de cañas y bosques de pinos, motivo por el cual fue declarado Parque Natural en el año 1986.
La Albufera es un lugar ideal para estar en contacto con la naturaleza, pues podremos realizar un itinerario botánico que discurre por el bosque litoral conocido como La Devesa. También tenemos la posibilidad de disfrutar de un paseo en barca por el lago y sus estrechos canales, donde nos explicaran a lo largo de 45 minutos de travesía las curiosidades y secretos de La Albufera. Y como colofón, nada mejor que quedarse en el embarcadero para disfrutar de los maravillosos atardeceres que aquí acontecen, cuyas aguas como un espejo reflejan el hermoso cielo.
Este paraje tiene un gran interés ecológico pues en él hibernan muchas especies de aves acuáticas, como el pato colorado, la garza, el charrán, la cigüeña o el cormorán, entre otras especies, y bajo sus aguas habitan numerosos peces como el samaruc, el fartet, la anguila, el mujól o la lubina. La Albufera está rodeada por más de 200 km2 de arrozales, además de contar entre su paisaje con dunas litorales, zonas de cañas y bosques de pinos, motivo por el cual fue declarado Parque Natural en el año 1986.
La Albufera es un lugar ideal para estar en contacto con la naturaleza, pues podremos realizar un itinerario botánico que discurre por el bosque litoral conocido como La Devesa. También tenemos la posibilidad de disfrutar de un paseo en barca por el lago y sus estrechos canales, donde nos explicaran a lo largo de 45 minutos de travesía las curiosidades y secretos de La Albufera. Y como colofón, nada mejor que quedarse en el embarcadero para disfrutar de los maravillosos atardeceres que aquí acontecen, cuyas aguas como un espejo reflejan el hermoso cielo.
Atardecer en La Albufera de Valencia
Actividades y visitas guiadas en Valencia
A través de la web de Civitatis puedes realizar diversas actividades y visitas guiadas en Valencia. Si quieres ver todo lo que puedes hacer en la ciudad y reservar tu actividad, echa un vistazo pinchando en el siguiente enlace:
¿Buscas alojamiento en Valencia?
Si tienes pensado hacer una escapada a Valencia y buscas alojamiento te recomendamos el Hotel Eurostars Rey Don Jaime, ubicado enfrente de los jardines del Turia, y a tan solo 15 minutos a pie de la Ciudad de las Artes y las Ciencias. Una excelente opción por su calidad/precio. Pero si prefieres un hotel en pleno centro histórico de la ciudad, el Sh Inglés Boutique Hotel se encuentra a tan solo 150 metros de la catedral.
12 Comentarios
Tengo pendiente la visita a Valencia desde hace un montón de tiempo, por unas cosas o por otras no he ido. La verdad es que he alucinado por todo lo que tiene para ver y además precioso, no creía yo que tanto!
ResponderEliminarFelicidades por el post, está super-currado.
Un beso
Carmen
Muchas gracias Carmen! Nosotros solo estuvimos un día y medio, pero casi todos los lugares están muy cerca en el centro histórico. Lo mejor es dejar un día entero para La Albufera y la Ciudad de las Artes y las Ciencias. Un beso
EliminarNos ha encantado la calle de los colores. Es fantástico que las calles estén decoradas con este tipo de arte urbano, en lugar de los feos garabatos que hacen los vándalos en todas las ciudades.
ResponderEliminarAhora, lo que nos ha dejado con los ojos vueltos es la casa de los gatos. xD Eso sí que son felinos con clase. Ahí debe vivir el gato Isidoro y su panda... xD
Es muy curioso caminar por la ciudad y encontrarse con esta casa para los gatos. La primera vez que lo vi me pareció tan curioso que lo añadí a mi visita a la ciudad. Y la calle de los colores, es un proyecto cada vez más expandido por más ciudades, es una forma de dar color a los muros ya envejecidos por el tiempo. Saludos
EliminarEstupenda entrada!Valencia es una ciudad que tengo en el debe,... así que me apunto todas y cada una de tus recomendaciones. Saludos!
ResponderEliminarMuchas gracias y estamos encantados que te haya gustado el artículo. Valencia tiene muchísimos y sorprendentes lugares. Saludos
EliminarHe estado en Vqlencia en varias ocasiones pero siempre menos tiempo que el que se merece. Varios de estos lugares no los conozco, como este palacio que comentas o la Albufera, a la que jamás me he acercado.
ResponderEliminarMe lo guardo porque espero poder regresar.
La primera vez que estuvimos en Valencia fue hace muchos años y tenemos fotos en carrete. Así que aprovechando una escapada elegimos regresar a Valencia, y te digo que nos ha sorprendido mucho, y no vimos ni la mitad de las cosas que mostramos aquí. Y la Albufera es una pasada, nos acercamos por la tarde y vivimos uno de los mejores atardeceres. Saludos
EliminarEnhorabuena +Misviajesysensaciones!!
ResponderEliminarMe ha encantado todo tu post, muy bien estructurado, y añades un montón de información que enriquece cada monumento y cada rincón que nos cuentas. Y las fotos también me han gustado mucho porque situas el objetivo en los que nos quieres contar y ayuda mucho a situarte en la ciudad. la verdad es que València es una capital que, como bien dices, ha sabido conjugar la modernidad con su patrimonio cultural y vale la pena conocerla.
Un fuerte abrazo y estoy encantada de conocerte y de leerte.
Hola Xus, muchas gracias por tus palabras. No alegra mucho que te haya gustado el artículo. Has descrito perfectamente todo lo que intentamos transmitir en este post y esto ayuda a seguir adelante e intentar hacerlo cada vez mejor. Un fuerte abrazo
EliminarHe estado dos veces en Valencia y casi exclusivamente para visitar la Ciudad de las Artes y las Ciencias, del centro he visto muy pocas cosas y no pensaba que tuviera tanto para ver. Habrá que darle una tercera oportunidad.
ResponderEliminarUn abrazo.
Al igual que nosotros, le dedicamos la primera vez más tiempo a la Ciudad de las Artes y las Ciencias y del centro solo vimos la Lonja y la Catedral. Por eso, en esta ocasión hemos priorizado más a visitar su centro histórico que también merece la pena. Un abrazo
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