La naturaleza ha creado uno de los lugares más bellos y singulares de la Serranía de Cuenca, pues durante siglos el agua del río Guadiela ha ido modelando la roca hasta formar este impresionante escenario llamado la Hoz de Beteta. Sus 8 kilómetros de acantilados con más de 80 metros de altura guardan frondosos bosques umbríos donde podremos oír el rumor del agua junto con el canto de los pájaros.
Este itinerario que vamos a realizar por el interior de la Hoz de Beteta está formado por dos rutas bien diferenciadas, el "Paseo botánico" y el "Paseo temático hasta la cueva del Armentero", dos sendas que nos harán descubrir todo el encanto que guarda este bello rincón del norte de Ciencia.
PASEO BOTÁNICO POR LA HOZ DE BETETA
El inicio de esta ruta parte desde el área recreativa la Casa de la Pradera, a la cual se llega por la carretera CM-210 que une los pueblos de Beteta y Puente Vadillos. Este paseo, de unos 2,5 kilómetros, nos llevará hasta la Fuente de los Tilos a través de una agradable senda donde podremos contemplar la gran diversidad arbórea de este bosque, formado entre otras especies por Avellanos, Olmos, Arces, Tejos, Acebos y Tilos. Durante este recorrido también encontraremos una gran cantidad de plantas y flores, como el Heléboro y la Orquídea Terrestre, siendo muchas de ellas endémicas del lugar.
La senda va siguiendo la trayectoria de la hoz y del río Guadiela, estando acondicionados algunos de sus tramos con pasarelas de madera que cruzan algunos de sus arroyos.
Una de las singularidades con las que cuenta esta ruta, es la presencia de restos de viejos canales tapiados que probablemente condujeran el agua de una antigua estación eléctrica, pues un poco más adelante nos encontraremos con los restos de la anteriormente mencionada estación, aunque todo esto por falta de información son suposiciones nuestras.
Las ruinas de la casa o supuesta estación quedan cubiertas por plantas y enredaderas, haciendo con su presencia que el lugar adquiera tintes llenos de encanto y misterio.
Los Tilos, abundantes en este bosque, nos muestran sus formas retorcidas de enigmática belleza milenaria, pues su longevidad parece esconder en sus troncos cubiertos de musgo secretos ancestrales. No en vano, estos árboles pertenecen a los antiguos bosques eurosiberianos que cubrieron gran parte de Europa en la época glacial, siendo este bosque uno de los últimos reductos que quedaron en la península ibérica después del deshielo.
Otra singularidad que encontraremos en esta ruta es la de contemplar como un Tejo ha sido capaz de crecer en la verticalidad de una de las paredes de la hoz, pues desde la grieta que se abre en la roca surgen su tronco y sus ramas pareciendo querer escalar hacía la cima. Al igual que los Tilos, los Tejos son árboles muy longevos, llegando a alcanzar algunos ejemplares hasta mil años, no es de extrañar por tanto que este árbol desde la más remota antigüedad fuera asociado por muchas culturas con la eternidad.
Seguimos por el sendero, que ahora transcurre al pie de un acantilado, donde se encuentran algunos miradores desde los que se divisa la mole caliza de la Peña del Castillo, sirviendo este lugar de anidamiento para alimoches y buitres leonados, los cuales sobrevuelan este inmenso farallón rocoso.
Antes de llegar a la Fuente de los Tilos, donde finaliza esta ruta, la senda se adentra de nuevo en el bosque a través de una suave bajada para mostrarnos todo su colorido otoñal, acompañándonos en todo momento el suave rumor de las hojas movidas por el viento.
La senda va siguiendo la trayectoria de la hoz y del río Guadiela, estando acondicionados algunos de sus tramos con pasarelas de madera que cruzan algunos de sus arroyos.
Una de las singularidades con las que cuenta esta ruta, es la presencia de restos de viejos canales tapiados que probablemente condujeran el agua de una antigua estación eléctrica, pues un poco más adelante nos encontraremos con los restos de la anteriormente mencionada estación, aunque todo esto por falta de información son suposiciones nuestras.
Las ruinas de la casa o supuesta estación quedan cubiertas por plantas y enredaderas, haciendo con su presencia que el lugar adquiera tintes llenos de encanto y misterio.
Los Tilos, abundantes en este bosque, nos muestran sus formas retorcidas de enigmática belleza milenaria, pues su longevidad parece esconder en sus troncos cubiertos de musgo secretos ancestrales. No en vano, estos árboles pertenecen a los antiguos bosques eurosiberianos que cubrieron gran parte de Europa en la época glacial, siendo este bosque uno de los últimos reductos que quedaron en la península ibérica después del deshielo.
Otra singularidad que encontraremos en esta ruta es la de contemplar como un Tejo ha sido capaz de crecer en la verticalidad de una de las paredes de la hoz, pues desde la grieta que se abre en la roca surgen su tronco y sus ramas pareciendo querer escalar hacía la cima. Al igual que los Tilos, los Tejos son árboles muy longevos, llegando a alcanzar algunos ejemplares hasta mil años, no es de extrañar por tanto que este árbol desde la más remota antigüedad fuera asociado por muchas culturas con la eternidad.
Seguimos por el sendero, que ahora transcurre al pie de un acantilado, donde se encuentran algunos miradores desde los que se divisa la mole caliza de la Peña del Castillo, sirviendo este lugar de anidamiento para alimoches y buitres leonados, los cuales sobrevuelan este inmenso farallón rocoso.
Antes de llegar a la Fuente de los Tilos, donde finaliza esta ruta, la senda se adentra de nuevo en el bosque a través de una suave bajada para mostrarnos todo su colorido otoñal, acompañándonos en todo momento el suave rumor de las hojas movidas por el viento.
PASEO TEMÁTICO DE LA CUEVA DEL ARMENTERO
Desde el área recreativa la Fuente de los Tilos parte la ruta antes citada y que nos llevará a la cueva del Armentero y al mirador de la Hoz de Beteta, pasando antes por la cueva de la Ramera. Para hacer esta ruta no es necesario realizar antes el paseo botánico, pues desde la misma carretera CM-210 se puede acceder a esta área recreativa. El inicio de este itinerario comienza tras cruzar un puente que nos conduce a una senda que desciende hasta el río Guadiela, el cual nos acompañará en la primera parte de este recorrido.
El sinuoso sendero por el que caminamos nos regala imágenes realmente bellas, como por ejemplo la de este Tilo que parece querer abalanzarse hacía las refrescantes aguas color esmeralda del río, cuyo verdor parece fundirse con el de la vegetación que le rodea.
Poco metros después llegamos a la represa de los Tilos, donde el agua refleja como un espejo el bosque y las peñas circundantes, reflejo donde las hojas secas vagan en las tranquilas aguas.
A partir de la represa el camino se va alejando paulatinamente del río hacía el centro de la hoz, lugar donde se encuentran un gran número de Tilos, cuyas ramas con sus formas caprichosas parecen querer alcanzar tanto el suelo como el cielo.
Poco después de estar sumergidos en el bosque, llegamos a un claro donde una gran peña vierte las aguas del canal procedente de la central de Puente Vadillos, creando así una cascada artificial de extraordinaria belleza. Una vez cruzada la pasarela que salva el desnivel existente, seguimos caminando durante unos metros hasta llegar a la cueva de la Ramera.
La cueva, suspendida a unos 20 metros en mitad de una de las paredes rocosas de la hoz, es accesible gracias a unas escaleras metálicas desde las que además se obtienen unas excelentes vistas de la Hoz de Beteta.
La visita al interior de la cueva es guiada y su recorrido es de unos 2 kilómetros, siendo esta solo una pequeña parte, pues gracias a la información de los geólogos se sabe que esta tiene muchas más galerías, pero por su complicado entramado se encuentran cerradas al público. Habitada durante la Edad de Bronce, hace unos 5.000 años, fue sin duda para sus habitantes no solo un refugio, sino también un lugar donde maravillarse con las estalactitas, estalagmitas y columnas vistas a través de la luz procedente de sus antorchas.
El sinuoso sendero por el que caminamos nos regala imágenes realmente bellas, como por ejemplo la de este Tilo que parece querer abalanzarse hacía las refrescantes aguas color esmeralda del río, cuyo verdor parece fundirse con el de la vegetación que le rodea.
Poco metros después llegamos a la represa de los Tilos, donde el agua refleja como un espejo el bosque y las peñas circundantes, reflejo donde las hojas secas vagan en las tranquilas aguas.
A partir de la represa el camino se va alejando paulatinamente del río hacía el centro de la hoz, lugar donde se encuentran un gran número de Tilos, cuyas ramas con sus formas caprichosas parecen querer alcanzar tanto el suelo como el cielo.
Poco después de estar sumergidos en el bosque, llegamos a un claro donde una gran peña vierte las aguas del canal procedente de la central de Puente Vadillos, creando así una cascada artificial de extraordinaria belleza. Una vez cruzada la pasarela que salva el desnivel existente, seguimos caminando durante unos metros hasta llegar a la cueva de la Ramera.
La cueva, suspendida a unos 20 metros en mitad de una de las paredes rocosas de la hoz, es accesible gracias a unas escaleras metálicas desde las que además se obtienen unas excelentes vistas de la Hoz de Beteta.
Vistas desde la cueva de la Ramera
La visita al interior de la cueva es guiada y su recorrido es de unos 2 kilómetros, siendo esta solo una pequeña parte, pues gracias a la información de los geólogos se sabe que esta tiene muchas más galerías, pero por su complicado entramado se encuentran cerradas al público. Habitada durante la Edad de Bronce, hace unos 5.000 años, fue sin duda para sus habitantes no solo un refugio, sino también un lugar donde maravillarse con las estalactitas, estalagmitas y columnas vistas a través de la luz procedente de sus antorchas.
En nuestro camino hacía el mirador de la Hoz de Beteta, al cual se llega después de una pronunciada subida, nos encontraremos poco antes de llegar a nuestro destino con la cueva del Armentero, una pequeña cavidad que sirvió antaño para refugio de pastores.
Las vistas que se obtienen en la subida y en el mismo mirador son espectaculares, ofreciéndonos un paisaje de montes y bosques que con la luz del atardecer se tornan en un verde resplandeciente.
Al despedirnos de este hermoso lugar, me vino a la mente uno de los párrafos de las ya míticas leyendas del gran poeta Gustavo Adolfo Bécquer, y que reflejan a la perfección la magia de los bosques. Dice así:
Las vistas que se obtienen en la subida y en el mismo mirador son espectaculares, ofreciéndonos un paisaje de montes y bosques que con la luz del atardecer se tornan en un verde resplandeciente.
Al despedirnos de este hermoso lugar, me vino a la mente uno de los párrafos de las ya míticas leyendas del gran poeta Gustavo Adolfo Bécquer, y que reflejan a la perfección la magia de los bosques. Dice así:
En las nubes, en el aire, en el fondo de los bosques, en las grietas de las peñas, imaginaba percibir formas o escuchar sonidos misteriosos, formas de seres sobrenaturales, palabras ininteligibles que no podía comprender.
¿Buscas alojamiento cerca de la Hoz de Beteta?
La oferta de alojamiento que ofrece esta zona está bastante bien, tanto en los pueblos de Beteta, Peralejos de la Trucha o Poveda de la Sierra, ubicados muy cerca de la Hoz de Beteta, puedes encontrar alojamiento. Mira esta selección de hoteles y casas rurales.
14 Comentarios
Que pasada, tomo buena nota de todo porque tengo pendiente una visita a la provincia de Cuenca y me ha encantado lo que he visto.
ResponderEliminarUn saludo
Carmen
Carmen, todo lo que visites en la provincia de Cuenca te va a encantar. Esta ruta es una pequeña muestra de todos los rincones que guarda la zona. Saludos
EliminarHola ! Esta ruta es apta para niños de 3 años y mayores de 76 años , me refiero si hay grandes subidas , si entraña peligro, si hay q cruzar arroyos o cosas así...gracias !!!
EliminarHola Andres, yo creo que si es apta.
Eliminar¡¡Me encanta!! En Cuenca conocíamos la hoz de Uña, pero esta tiene una pinta espectacular. ¡¡Apuntada queda!! Gracias por llevarnos!
ResponderEliminarNos alegra que te haya gustado, nosotros no conocemos la hoz de Uña, así que tendremos que hacer otra visita a la provincia de Cuenca. Saludos
EliminarPreciosa esta hoz, y más en otoño, tuvimos la suerte visitarla en septiembre, hicimos el paseo desde la Fuente de los Tilos hasta la Cueva de la Ramera, la cual también visitamos, la Serranía de Cuenca esconde muchos parajes increíbles, una de las mejores maneras de conocerla virtualmente es visitando el blog Magia Serrana, no os lo perdáis!!
ResponderEliminarUn saludo.
Conocemos el blog de Magia Serrana, está muy bien para conocer rincones de la serranía de Cenca, como este de la Hoz de Beteta. Un saludo.
EliminarPrecioso lugar, me han encantado las fotos de ese paisaje otoñal, mi estación favorita!
ResponderEliminarCada estación tiene su encanto, pero es verdad que el otoño tiene una variedad de colores extraordinarios. Saludos
EliminarQue maravilla de lugar!!! Unas fotos preciosas. Me guardo la información que me gusta mucho el plan de naturaleza y senderismo :)
ResponderEliminarMuchas gracias. Nos alegra que te haya gustado este sitio, sin duda es una maravilla pasar un día rodeado de naturaleza, y más si son lugares tan espectaculares como este. Saludos
EliminarTienen una pinta estupenda ambas rutas.
ResponderEliminarPodrías decirme si están bien señalizadas o si es fácil perderse? ��
No tiene ninguna pérdida. Están bien señalizadas
EliminarProtección de datos: Según la nueva ley RGPD tenemos que informarte del uso que daremos a los datos personales que proporcionas. Tu e-mail será usado para enviarte las respuestas al comentario, en caso de que marques la casilla. El resto de datos (IP, país, navegador...) que recopila Blogger solo serán usados para las estadísticas internas de Blogger. Tus datos en ningún caso serán publicados ni cedidos a terceros.
Añadiendo tu comentario estás aceptando estos términos.