El Hayedo de Tejera Negra, situado en Cantalojas (Guadalajara), es uno de los mejores bosques donde podemos contemplar los colores del otoño. Este hayedo consta de dos rutas circulares, la Senda del Robledal y la Senda de Carretas, que es la que nosotros vamos a recorrer, la cual tiene una distancia aproximada de unos 6 kilómetros.
Para realizar la Senda de Carretas en la estación de otoño es necesario reservar plaza para acceder al aparcamiento donde se inicia esta ruta, situado a 8 kilómetros del Centro de Interpretación. En este centro te informan de las rutas a realizar, además de entregarte un mapa del lugar. El precio del aparcamiento es de 4€, y para recorrer la Senda del Robledal no hace falta realizar la reserva, ya que comienza en el mismo Centro de Interpretación donde se pueden dejar los coches.
El Hayedo de Tejera Negra está compuesto por los ríos Lillas y Zarzas, los cuales nacen en el valle glaciar de la Buitrera donde se encuentra este bosque de hayas, uno de los más meridionales de Europa, conservado gracias a su especial microclima y aislamiento. El inicio de la ruta discurre paralela al río Lillas, aunque en algunos tramos la senda se separa del río para adentrarse bajo la sombra del pinar de pino silvestre donde podremos ver además algunos paneles de abeja.
Para continuar la ruta tenemos que cruzamos un pequeño arroyo para después desviarnos a la izquierda y proseguir por una senda ancha llamada "Senda de Carretas", senda que da nombre a este itinerario. En este tramo la senda discurre entre hayas y robles melojos donde sus hojas ya han adquirido los colores ocres típicos del otoño.
No paramos de hacer fotos a este esplendido bosque que ofrece un sinfín de matices y colores, hasta que llegamos a la Carbonera, construcción que antiguamente usaban los carboneros del lugar para la obtención de carbón a través de la madera. Hasta no hace mucho tiempo era frecuente en esta zona esta actividad que comenzaba con el apilamiento de los restos de la tala y la poda de los árboles, y que finalizaba con la obtención del carbón vegetal. Estas carboneras eran construidas a base de leños, restos vegetales y tierra, donde en su parte superior se dejaba un respiradero o agujero a modo de chimenea por donde se encendía. El carbón vegetal se obtenía por medio de la combustión lenta e incompleta de la madera.
Vamos llegando a la parte más alta de la ruta donde junto con las hayas y los robles van apareciendo otras especies de árboles, como el rebollo, el pino, el serbal y el tejo. Esta ascensión nos lleva hasta el mirador de Mataredonda, donde se obtienen unas excelentes vistas de todo el valle.
Toda la zona está dominada por rocas paleozoicas representados por esquistos, pizarras y cuarcitas que afloran en muchos puntos, particularmente en las cumbres, formando a menudo cortados de afilados bordes. En este alto aprovechamos para descansar rodeados de montañas y de unas vistas preciosas.
Continuamos por la senda que esta vez va descendiendo entre el espeso bosque a la vez que vamos escuchando los cantos de los pájaros. Puede que algunos de estos cantos pertenezcan al Herrerillo Común, el Petirrojo o el Trepador Azul, aves que se encuentran en este bosque. Otras especies que podemos encontrar en este lugar son el Escribano Hortelano, el Mito, el Carbonero Común, el Carbonero Garrapinos, el Arrendajo, el Reyezuelo Listado, el Pico Picapinos, el Chochín y el Agateador Común. En este bello lugar habitan diferentes especies de animales, como corzos, tejos, gatos monteses, jabalíes, zorros, pequeños roedores, búhos y murciélagos, además en el río también habita la nutria.
Nos salimos un rato de la senda para buscar la numerosas setas que crecen aquí y fotografiarlas. Hay que destacar que dentro del hayedo está prohibido la recogida de setas. Nos llevamos una gran ilusión cuando nos encontramos con la bellísima "Amanita Muscaria", una de las setas más bonitas que existen. Es la seta que siempre dibujan en los cuentos de hadas, roja y con círculos blancos. Esta seta se encuentra en todo tipo de bosques, aunque es más frecuente verla alrededor de las hayas, pinos negros, abetos y abedules.
No muy lejos de este precioso lugar se encuentran otros dos bosques donde poder disfrutar de los colores otoñales, como son el Hayedo de Montejo en la Sierra del Rincón (Madrid), la Senda del Castañar, en la provincia de Ávila o el Hayedo de la Pedrosa en Segovia.
Llegamos a la parte final de la ruta donde se encuentra un magnífico tejo milenario. Aquí se encuentra un cartel informándonos que debido a la compactación del terreno no podemos acercarnos al tejo ya que se le perjudica.
Para realizar la Senda de Carretas en la estación de otoño es necesario reservar plaza para acceder al aparcamiento donde se inicia esta ruta, situado a 8 kilómetros del Centro de Interpretación. En este centro te informan de las rutas a realizar, además de entregarte un mapa del lugar. El precio del aparcamiento es de 4€, y para recorrer la Senda del Robledal no hace falta realizar la reserva, ya que comienza en el mismo Centro de Interpretación donde se pueden dejar los coches.
El Hayedo de Tejera Negra está compuesto por los ríos Lillas y Zarzas, los cuales nacen en el valle glaciar de la Buitrera donde se encuentra este bosque de hayas, uno de los más meridionales de Europa, conservado gracias a su especial microclima y aislamiento. El inicio de la ruta discurre paralela al río Lillas, aunque en algunos tramos la senda se separa del río para adentrarse bajo la sombra del pinar de pino silvestre donde podremos ver además algunos paneles de abeja.
Para continuar la ruta tenemos que cruzamos un pequeño arroyo para después desviarnos a la izquierda y proseguir por una senda ancha llamada "Senda de Carretas", senda que da nombre a este itinerario. En este tramo la senda discurre entre hayas y robles melojos donde sus hojas ya han adquirido los colores ocres típicos del otoño.
No paramos de hacer fotos a este esplendido bosque que ofrece un sinfín de matices y colores, hasta que llegamos a la Carbonera, construcción que antiguamente usaban los carboneros del lugar para la obtención de carbón a través de la madera. Hasta no hace mucho tiempo era frecuente en esta zona esta actividad que comenzaba con el apilamiento de los restos de la tala y la poda de los árboles, y que finalizaba con la obtención del carbón vegetal. Estas carboneras eran construidas a base de leños, restos vegetales y tierra, donde en su parte superior se dejaba un respiradero o agujero a modo de chimenea por donde se encendía. El carbón vegetal se obtenía por medio de la combustión lenta e incompleta de la madera.
Vamos llegando a la parte más alta de la ruta donde junto con las hayas y los robles van apareciendo otras especies de árboles, como el rebollo, el pino, el serbal y el tejo. Esta ascensión nos lleva hasta el mirador de Mataredonda, donde se obtienen unas excelentes vistas de todo el valle.
Toda la zona está dominada por rocas paleozoicas representados por esquistos, pizarras y cuarcitas que afloran en muchos puntos, particularmente en las cumbres, formando a menudo cortados de afilados bordes. En este alto aprovechamos para descansar rodeados de montañas y de unas vistas preciosas.
Continuamos por la senda que esta vez va descendiendo entre el espeso bosque a la vez que vamos escuchando los cantos de los pájaros. Puede que algunos de estos cantos pertenezcan al Herrerillo Común, el Petirrojo o el Trepador Azul, aves que se encuentran en este bosque. Otras especies que podemos encontrar en este lugar son el Escribano Hortelano, el Mito, el Carbonero Común, el Carbonero Garrapinos, el Arrendajo, el Reyezuelo Listado, el Pico Picapinos, el Chochín y el Agateador Común. En este bello lugar habitan diferentes especies de animales, como corzos, tejos, gatos monteses, jabalíes, zorros, pequeños roedores, búhos y murciélagos, además en el río también habita la nutria.
Nos salimos un rato de la senda para buscar la numerosas setas que crecen aquí y fotografiarlas. Hay que destacar que dentro del hayedo está prohibido la recogida de setas. Nos llevamos una gran ilusión cuando nos encontramos con la bellísima "Amanita Muscaria", una de las setas más bonitas que existen. Es la seta que siempre dibujan en los cuentos de hadas, roja y con círculos blancos. Esta seta se encuentra en todo tipo de bosques, aunque es más frecuente verla alrededor de las hayas, pinos negros, abetos y abedules.
Amanita Muscaria
No muy lejos de este precioso lugar se encuentran otros dos bosques donde poder disfrutar de los colores otoñales, como son el Hayedo de Montejo en la Sierra del Rincón (Madrid), la Senda del Castañar, en la provincia de Ávila o el Hayedo de la Pedrosa en Segovia.
Llegamos a la parte final de la ruta donde se encuentra un magnífico tejo milenario. Aquí se encuentra un cartel informándonos que debido a la compactación del terreno no podemos acercarnos al tejo ya que se le perjudica.
¿Buscas alojamiento cerca del Hayedo de Tejera Negra?
Muchos de los pueblos de la zona cuentan con alojamientos rurales, como Catalojas, donde se ubica la Casa Rural Castillo Diempures, puerta de entrada al hayedo de Tejera Negra. Otra opción es alojarte en el Hotel Ayllón, ubicado en la ruta de los pueblos rojos de Segovia, y no muy lejos del hayedo.
15 Comentarios
muy buena información!!!!
ResponderEliminarGracias Eduardo! mereció la pena visitarlo!
EliminarUn saludo
Lo tengo pendiente y veo que en otoño merece la pena con todo este colorido. Las fotos muy chulas!
ResponderEliminarSaludos!
Merece la pena! nosotros estamos intentando ir al Hayedo de Montejo en la sierra de Madrid y es muy difícil reservar ya que hay que solicitarlo con mucha antelación. Este hayedo es menos conocido pero a nosotros nos a gustado.
EliminarUn saludo Belén y Ramón
Preciosos paisajes. Sí que es una suerte poder fotografiar las setas de "los cuentos", yo nunca he encontrado ninguna.
ResponderEliminarUn saludo!
Tuvimos mucha suerte, todo fue porque nos cruzamos con tres chicos que iban buscando fotografiar setas y que conocían la zona. Tenemos ganas de ir otro año para buscarlas más detenidamente y hacer más fotos.
EliminarUn saludo Belén y Ramón
¡Preciosísimas fotografías chicos! Qué gusto da mirarlas con esos relajantes colores de otoño :-D
ResponderEliminarLlevamos con ganas de ir al Hayedo de Tejera Negra unos dos años. Se presenta la oportunidad, lo planeamos, y por una cosa o por otra, terminamos por no ir :-(
¡Esperamos poder escaparnos este otoño! E intentaremos ir entre diario ya que, como bien indicáis, uno puede ir más tranquilo haciendo la ruta.
¡Un abrazote!
Gracias Eva! Es una ruta preciosa que os recomendamos. Tener en cuenta que hay que reservar con antelación, nosotros llevábamos años intentándolo y como solo podíamos ir en fin de semana, nunca lo conseguíamos. Pero este año por fin pudimos ir y la verdad que merece la pena, sobretodo si podéis evitar el fin de semana.
EliminarAunque el día que nosotros fuimos nos encontramos con una excursión de niños y la verdad que tranquilidad no tuvimos, ya que te puedes imaginar las voces y gritos que iban dando, cosa que no entendemos como los monitores nos les pedían silencio y que respetaran el lugar donde estaban.
Un abrazo, y nos seguimos leyendo.
Unas fotografías preciosas!!!
ResponderEliminarAlguno me podríais decir si la ruta es dura o se puede hacer bien, es que iremos un grupo de amigos en octubre y como no estoy muy en forma no quiero retrasar al grupo.
Muchas gracias, un saludo. Laura
Hola Laura, muchas gracias! La ruta en sí no es complicada, sólo hay un tramo de subida hasta el mirador de Mataredonda un poco fuerte, pero por todo lo demás es una ruta sencilla y preciosas. Aprovechad el otoño y sus colores. Saludos!!
EliminarMuchas gracias!!
EliminarHola pareja! acabo de descubrir vuestro blog y, de verdad, que pareceis de nuestro grupo de amigos. Nosotros hemos hecho varios de los viajes que describis y me parece estar reviviendo de nuevo mis sensaciones. La tejera negra junto con el hayedo es la zona de hayas que comparten Madrid y Guadalajara y hay un tramo que los separa el riachuelo. Las dos zonas son preciosas aunque para mí el tramo desde el centro de interpretacion de la tejera hasta el aparcamiento nos dió un susto un día que lo hicimos con una gran tormenta. Os seguiré con interés. Muchas gracias
ResponderEliminarBienvenido y gracias por tu comentario. Nos alegra muchísimo que este blog os esté haciendo revivir vuestros viajes y sensaciones, solo por esto ya merece la pena todo el trabajo que conlleva mantener este blog. Un saludo
EliminarEl Hayedo de la Tejera Negra es ese sitio al que puedes ir una y otra vez y nunca deja de sorprendente. Lo que más me gusta es que es precioso en cualquier época del año. Aunque claro está, el otoño lo convierte en un lugar mucho más especial.
ResponderEliminarSi, totalmente de acuerdo. Nosotros solo lo conocemos en otoño
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