Brihuega y sus campos de lavanda, un espectáculo para los sentidos

Con la llegada del mes de julio el pueblo de Brihuega se tiñe de color violeta. Sus calles y sus casas se engalanan de mil formas teniendo como protagonista este color. El motivo de su engalanamiento hay que buscarlo en los alrededores de la población donde se encuentran los campos de lavanda, que eligen este mes para hacer florecer su pequeña flor violeta acompañada de su exquisita fragancia. Por lo tanto, este festejo conocido como la fiesta de la lavanda pretende celebrar este fantástico prodigio de la naturaleza, dos acontecimientos que sin lugar a dudas invitan a conocer este precioso pueblo de la Alta Alcarria en la provincia de Guadalajara.

Lavanda, Brihuega, Guadalajara

Los campos de lavanda de Brihuega

Este rincón de Guadalajara guarda muchos paralelismos con La Provenza francesa, ya que esta zona del sureste francés cuenta con extensos campos de lavanda, y aunque los de Brihuega no sean tan conocidos como los de nuestro país vecino, a buen seguro que os sorprenderéis cuando los conozcáis. De hecho fueron dos vecinos de esta localidad, los hermanos Corral, quienes en un viaje a La Provenza francesa hace 30 años vieron en este cultivo un enorme potencial turístico para su querida tierra. Mil hectáreas fueron cultivadas con la semilla de esta planta en este campo castellano, transformándose tiempo después en interminables hileras de lavandas en flor, que han servido tanto para embellecer estas tierras como para servir de materia prima a un buen número de productos, ya que la planta de la lavanda además de ser aromática es rica en propiedades medicinales y cosméticas.

Campos de lavanda, Brihuega

Paseando por las calles de Brihuega encontraremos en algunos de sus establecimientos los productos derivados de esta planta aromática, como aceites esenciales, jabones naturales, aguas de colonia, cremas corporales o esencias para interiores. Las propiedades tonificantes de la lavanda sirven como exfoliante natural para suavizar la piel, además de poseer un gran poder antiséptico que comprobaremos al aplicarnos sus aceites esenciales y cremas corporales. En estos días festivos, coincidiendo con la recolección también veremos ramilletes de lavanda que estimularan durante el paseo nuestros sentidos con su color violeta y su agradable aroma.

ramilletes lavanda

Los amaneceres y los atardeceres son un buen momento para pasear por los campos de lavanda, pues el fabuloso contraste de colores formado por el verde de sus tallos, el violeta de sus flores y el marrón de la tierra se suma la mutación que ejerce a estos colores la luz del sol en ese preciso y mágico instante en el que se encuentra cercano al horizonte. A esta gama de colores también se suma el blanco de la vestimenta de muchos de los visitantes que acuden todos los años a este festival, ya que este color es uno de los que mejor combina con el color violeta de la flor de la lavanda.

Campos de lavanda, Brihuega

Qué ver en Brihuega

Mas allá de los campos de lavanda, Brihuega es un pueblo lleno de historia y de rincones encantadores donde descubriremos un importante patrimonio arquitectónico. Lo primero que nos llamará la atención al visitar esta villa son sus numerosas puertas de acceso que aún se conservan del recinto amurallado. Dos de las más conocidas son la Puerta de la Cadena y el Arco de Cozagón. Situada en la parte norte de Brihuega se encuentra la Puerta de la Cadena, conocida antiguamente como Puerta de Valdeatienza, ya que desde aquí partía el camino que llevaba hasta la villa de Atienza.


Puerta de la Cadena, puertas muralla, Brhuega

El Arco de Cozagón se sitúa en la parte sur de la villa y llegó a ser la puerta más importante de Brihuega. Desde este acceso partía el camino que se dirigía hasta la ciudad de Toledo, pasando antes por los ríos Tajuña y Tajo. De todas las puertas existentes en Brihuega esta es la de mayores dimensiones con una altura de 10 metros y una anchura de 3,30 metros. Y si nos fijamos bien podremos ver marcas de cantero en formas de cruz, de aspa, de escuadras y paralelas inclinadas. Otras puertas que se conservan en esta villa son el Arco de la Guía y la Puerta Medieval de Santa María o Juego de la Pelota. Junto a esta puerta se encuentra la Escuela de Gramáticos fundada por Don Juan García Barranco y donde vivió uno de los más ilustres vecinos de Brihuega, el escritor y periodista Manu Leguineche.

Arco de Cozagón, puertas muralla, Brihuega

Tras cruzar el Arco de la Guía hallaremos uno de los rincones más bonitos de Brihuega conocido como el Prado de Santa María. Se trata del antiguo patio de la alcazaba musulmana, hoy convertida en una encantadora plazoleta con una cantarina fuente donde además se encuentra el Mirador de Peña Bermeja, desde donde se obtienen unas excelentes vistas de la vega del río Tajuña. En esta plazoleta se hallan dos monumentos que le dan a este lugar ese encanto antes mencionado, por un lado el Castillo de Peña Bermeja y por otro la iglesia de Santa María de la Peña.

El castillo que se asienta sobre un promontorio rocoso es de origen árabe, aunque en su fisonomía se pueden ver diferentes estilos arquitectónicos, ya que a partir del siglo XII, estando ocupado por los cristianos, se le añadieron estancias de estilo románico. Posteriormente en el siglo XIII se construyó la capilla de estilo gótico de transición. Merece la pena visitar el interior de este castillo donde podremos visitar el interior de la capilla antes mencionada y la sala noble, restauradas ambas a finales del año 2017.

Castillo de la Piedra Bermeja, Brihuega

Situada junto al castillo se encuentra la Iglesia de Santa María de la Peña, templo de arquitectura cisterciense construido a principios del siglo XIII en el que se aprecia la transición del románico al gótico. La iglesia está conformada por tres naves, cuya nave central está culminada por una cabecera con un prebisterio rectangular y un ábside poligonal. De todo este conjunto hay que destacar la portada de acceso al templo, la cual se halla cobijada bajo un porche de construcción mucho más reciente. Esta bonita puerta de transición del románico al gótico cuenta con cuatro arquivoltas apuntadas y un tímpano rebajado con dos arcos apuntados y tres óculos, siendo el central un pequeño rosetón.

iglesia de Santa María de la Peña, Brihuega

No muy lejos de este bonito rincón se llega a la plaza de Manu Leguineche donde se encuentra el Convento de San José, fundado por Don Juan de Molina hacía el año 1619. En un primer momento este convento acogió a religiosos carmelitas, aunque más tarde acogió a frailes franciscanos quienes en ocasiones ejercieron la labor de rector en la cercana Escuela de Gramáticos. Esta vida monástica fue desempeñada hasta la Desamortización de Mendizabal, quedando el convento abandonado como muchos otros recintos religiosos en aquella época, aunque poco tiempo después el antiguo convento fue utilizado para diversos usos.

En la actualidad alberga el museo de Miniaturas del Profesor Max, personaje curioso donde los haya. Este era el nombre artístico de Juan Elegido Millán nacido en Brihuega en el año 1912, cuyo espíritu aventurero le llevó a realizar varios viajes alrededor del mundo. Allá a donde iba ofrecía sus espectáculos de hipnotismo y sugestión, otra de sus pasiones junto a las miniaturas, pasión ésta última que le llevó a recopilar una fantástica colección de estos pequeños objetos.

Parte de la colección que llegó a recopilar está hoy expuesta en este museo de miniaturas de Brihuega gracias a su sobrino Javier Sanchez Elegido, quien junto a su madre compartía también esta afición por las miniaturas. El museo muestra una exposición donde se supera las 65.000 piezas, algunas de ellas realizadas en materiales inverosímiles como chicle, jabón o tiza. Entre estas miniaturas y micro miniaturas podemos ver las siete Maravillas del Mundo Antiguo pintadas en una lenteja, la Última Cena de Leonardo da Vinci pintado sobre un grano de arroz o un globo terráqueo sobre la cabeza de un alfiler. También podemos ver pequeñas casas de muñecas con todos sus detalles, siendo poseedor este museo de la casita más pequeña del mundo.

Convento de San José, Brihuega

Brihuega tienes repartidas por sus calles y plazas un buen número de fuentes, por lo tanto cuando paseamos por sus calles nos será habitual escuchar el rumor de sus aguas. Hasta de doce fuentes brotan las cristalinas aguas procedentes de esos abundantes manantiales subterráneos que tanto caracteriza a esta villa. La más conocida es la Fuente de los Doce Caños, también llamada Fuente Blanquina. En realidad son 24 los caños que tiene esta fuente, pues a parte de los doce de la parte frontal, que son los más visibles, hay otros doce caños en la parte trasera que abastecen de agua al lavadero. Esta fuente es la de mayor tamaño de todo el municipio y se tiene noticia de ella ya desde el siglo XVI, siendo hoy en día una de las señas de identidad de Brihuega. Algunas otras fuentes destacables son: la Fuente del Jardinillo, la Fuente del Molinillo, Fuente de Santa María y las fuentes de la Plaza del Coso.

Fuente de los doce cañas, Brihuega
Fuente de los doce caños

Precisamente en la Plaza del Coso se encuentran las cuevas árabes, cuyos orígenes datan del siglo X y XI. Para poder visitarlas tenemos que acercarnos a la carnicería que se encuentra situada al lado de las cuevas y contactar con el carnicero, quien nos abrirá las puertas de las cuevas tras pagar un donativo de 2 euros. Estas cuevas son una especie de laberinto de pasadizos y galerías donde encontraremos toneles y barricas, elementos que nos indican que este lugar se usó como almacén para provisiones. También hay que destacar un conjunto de arcos visigodos únicos en sus estilo en toda la península ibérica. Al recorrer estas cuevas cuya temperatura es de 12º todo el año encontrareis algunos tramos que están cerrados al público, no en vano estas cavidades se extienden a lo largo de todo el subsuelo de Brihuega.

Cuevas árabes, Brihuega

Antes de terminar nuestro recorrido por Brihuega nos acercamos hasta la iglesia de San Felipe, templo construido en el siglo XIII. Su construcción coincidió en un momento de transición del románico al gótico, por lo que en su fisonomía apreciaremos la fusión arquitectónica de ambos estilos. La iglesia de San Felipe está formada por tres naves con bóvedas de crucería y una cabecera con rasgos románicos donde se halla un magnífico rosetón decorado con una estrella de seis puntas, símbolo que los antiguos alquimistas utilizaban para representar la conexión entre el cielo y la tierra.

Iglesia de San Felipe, Brihuega

Del interior del templo sobre todo hay que destacar sus dos hileras paralelas de columnas separadas por arcos apuntados, cuyas columnas culminan en elegantes capiteles góticos decorados con elementos vegetales. Además sobre estos arcos se encuentran unos bellos ventanales también de estilo gótico, que junto al rosetón llenan de luz el interior de esta iglesia.

Iglesia San Felipe, Brihuega

¿Cuándo florecen los campos de lavanda de Brihuega?

Para ver los campos de lavanda en su máximo esplendor lo mejor es ir a mediados de julio cuando se celebra el Festival de la Lavanda. Estos se encuentran fundamentalmente en los alrededores de Brihuega, a unos 3 kilómetros tomando la carretera CM-2005 dirección Hontanares. También hay otros cultivos de lavanda ubicados en los campos de Malacuera, a unos 9 kilómetros al este, por la carretera GU-925.

Brihuega, fiesta lavanda, Guadalajara

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12 Comentarios

  1. Un descubrimiento! Pensábamos que teníamos que ir hasta la Provenza o hasta Croacia para ver campos de lavanda, y gracias a ti descubrimos que los tenemos a una escasa hora de Madrid!!!

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    1. Si, está muy cerca de Madrid. Disfrutar que todavía podéis verlos estos días.

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  2. Hola Belén,
    Gracias por el post, después de ver infinitas fotos sobre los campos de lavanda por fin alguien cuenta que el pueblo de Brihuega tiene más atractivos.
    Me ha encantado el Arco de la Guía y el que sea ciudad amurallada ya es un razón para visitarla.
    A nosotros nos ha coincidido ver los campos de lavanda en Francia varias veces, tenía que haberme hecho la foto entonces jajaja.
    Un abrazo.

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    1. A nosotros nos parece que los campos de lavanda no son el único atractivo de la zona. Brihuega es un pueblo con rincones bonitos y bastantes monumentos para complementar la visita y creemos que en un día se puede visitar todo.

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  3. Parece que están de moda estos campos, porque ya he vistos varios posts y parecen preciosos. Al menos en las fotos, poco a envidiar a la Provenza.
    Hace poco visité unos en Lleida, pero la verdad es que resulta bastante triste... muy pequeños y con la única intención de sacar dinero a los visitantes.

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    1. Nosotros estuvimos el año pasado y como la Provenza está lejos tenemos Brihuega a una hora de Madrid. Aquí la verdad que no intentan sacar dinero a los visitantes, por lo menos a nosotros no.

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  4. Como veo Brihuega no es solo lavanda, tiene mucho que ver. Pasear por el pueblo debe ser una maravilla en Julio, además debe oler de maravilla. Visité la Provenza hace muchos años y el culto que le tienen a La Lavanda es increíble. Brihuega no tiene mucho que envidar a La Provenza. Precioso!!!

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    1. Si, Brihuega aúna naturaleza y cultura y es ideal para pasar un día o un fin de semana. La Provenza es un destino que tenemos pendiente, pero mientras disfrutamos de los campos de Lavanda de Brihuega que los tenemos muy cerca.

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  5. Que fuerte, cualquiera diría que eso es Castilla la Mancha, que sorpresa más agradable. Un gran hallazgo antes de comenzar mi ruta por España. Gracias por compartir un saludo.

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  6. Alguna vez hemos pensado hacer una escapada por la Provenza francesa para ver los campos de lavanda, ya que es una flor que nos gusta mucho y que solemos tener por casa a modo de ambientador natural...

    Lo que no sabíamos era que la lavanda tuviera propiedades antisépticas ni que hubiera cultivos en Brihuega... Así que nos lo apuntamos para las próximas vacaciones, porque Guadalajara nos pilla más cerca que Francia, jeje.

    Saludos.

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    1. si, Guadalajara está mas cerca. Pero la Provenza francesa es preciosa.

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