En la provincia de Teruel, encaramado sobre los Montes universales y rodeado por el río Guadalaviar se alza el pueblo medieval de Albarracín, donde sus estrechas calles, pasadizos, escalinatas y soportales parecen transportarnos a otra época. No es de extrañar, por ello, que en el año 1961 fuese declarado Conjunto Histórico-Artístico, ya que en su entramado de calles se encuentran monumentos y casas solariegas que guardan multitud de historias y leyendas.
Una de esas casas llenas de historia y de leyendas es la conocida como Casa Azul o Casa Arzuriaga, cuyo color de su fachada contrasta con los colores ocres y rojizos del resto de casas y edificios del pueblo. Según cuenta la leyenda el antiguo dueño de esta casa del siglo XVII, el ganadero trashumante Pedro Navarro de Arzuriaga, se enamoró de una joven del pueblo de la Carolina en uno de sus viajes de trashumancia a Andalucía, casándose con ella poco tiempo después. Para que su amada no añorara su tierra, Pedro Arzuriaga construyó en el interior de la casa un patio andaluz, además de pintar su fachada de color azul, haciendo que su hogar se pareciera lo más posible a las casas de su pueblo natal. No se sabe con certeza si esta historia es fruto de la fantasía, pero desde luego el encanto del pueblo de Albarracín hace que este tipo de historias fluyan por sí solas.
Para seguir conociendo las mil y unas historias de este magnífico pueblo tenemos la opción de realizar dos visitas guiadas a través de las empresas turísticas El Andador y la Fundación Santa María de Albarracín. La primera de ellas realiza un recorrido por sus laberínticas calles, contándonos multitud de anécdotas e historias, culminando la visita en la casa solariega de Pérez y Toyuela, la cual servirá de preludio para una pequeña degustación de productos típicos de la tierra en su tienda de artesanía.
Esta visita guiada comienza en la Plaza Mayor, cuyo origen se remonta al siglo XI. La mayor singularidad de esta bonita plaza radica en su diseño irregular en forma de U, siendo flanqueada por edificios medievales provistos de balcones y barandillas de forja. Dentro del conjunto de la plaza se encuentra el Ayuntamiento, edificio del siglo XIV sustentado por una base de soportales formado por arquerías de medio punto.
Justo al lado del Ayuntamiento se encuentra un precioso balcón con arcos desde donde se obtienen unas magníficas vistas de la Catedral, la iglesia de Santa María y la Torre de Doña Blanca.
Desde la Plaza Mayor nos adentramos en las intrincadas calles de Albarracín, tan estrechas algunas de ellas que los tejados de las casas casi llegan a rozarse, de este modo durante el frío invierno las casas se resguardan la una a la otra.
Uno de los enclaves más curiosos de Albarracín es el llamado rincón del abanico, una calle donde sus casas se elevan verticalmente desafiando a la gravedad, juntándose unas a otras para aprovechar al máximo el espacio.
Las casas de yeso rojizo con sus entramados de madera y sus diminutas ventanas con flores son otra de esas estampas inconfundibles de esta preciosa villa.
El conocido como Portal de Molina sirve como inmejorable marco para la silueta de la Casa de la Julianeta, no en vano es este uno de los rincones más fotografiados de Albarracín. Esta singular casa de formas irregulares tiene su origen en el siglo XIV, y se encuentra emplazada en el ángulo que forman las calles de Santiago y Portal de Molina, acentuando más si cabe su irregularidad, pareciéndonos que en cualquier momento vaya a perder su verticalidad. Su forma tan peculiar se asemeja en muchos aspectos al arte cubista, donde los objetos o formas pueden ser vistas desde diferentes puntos de vista, al igual que esta casa, que según desde donde la mires cobrará una angulación diferente. Esta relación artística ha podido ser una de las causas por lo que la Casa de la Julianeta tras su rehabilitación sirva actualmente como taller de artistas.
La forja es una de las señas de identidad de esta villa y muestra de ello es la decoración de muchas de las puertas de sus casas, las cuales se encuentran adornadas con llamadores y picaportes de hierro forjado de diferentes formas y tamaños. Algunas de ellas tienen forma de serpiente y de dragón, y otras como en el caso de la casa solariega de Pérez y Toyuela tienen forma de salamandra, animal con un gran simbolismo en la alquimia, ya que simboliza la pureza y el fuego.
La casa Pérez y Toyuela fue construida en el siglo XVII y es la típica vivienda tradicional dedicada a la actividad ganadera y al comercio de la lana, convirtiéndose actualmente en un auténtico museo de la cultura tradicional. Durante su visita podemos observar muebles y objetos cotidianos de la época, además de su cocina, la cual aún conserva el menaje de hace un siglo. La planta baja de la casa era utilizada para las caballerizas, donde aún pueden verse los arreos de los mulos y caballos.
Una vez terminada la visita guiada con El Andador nos unimos a la Fundación Santa María de Albarracín para realizar la visita a la catedral, ya que solo por este medio se puede conocer el interior de este templo. Esta fundación hace una labor importantísima por la preservación y restauración del patrimonio de la villa, encontrándose su sede en el Palacio Episcopal, edificio con una magnífica portada barroca que además también alberga el Museo Diocesano.
La construcción de la actual catedral se inició en el año 1572, ya que este templo se levantó sobre los restos de una antigua iglesia románica de finales del siglo XII, de hecho en los actuales trabajos de restauración iniciados en el año 2010 se han encontrado restos de la mencionada iglesia románica.
El interior se compone de una sola nave cubierta por bóvedas de crucería estrellada de estilo gótico, encontrándose a los pies del templo el Coro, compuesto por una sillería realizada en el siglo XVI en estilo gótico manierista. Justo al lado del Coro se encuentra un precioso órgano del siglo XVIII.
Además del Coro, seis capillas conforman la base del templo, entre las que se encuentra la Capilla del Pilar construida en el siglo XVII, la cual cuenta con un magnifico retablo barroco del siglo XVIII.
Una de las capillas de la catedral ha deparado multitud de sorpresas, se trata de la Capilla de las Almas, estancia que durante mucho tiempo se creyó que era la sacristía, hasta que en las reformas del año 2011 se descubrieron bajo las capas de yeso y pintura de sus paredes unas pinturas murales del siglo XVI. Estas pinturas pertenecen al primitivo templo catedralicio, y en ellas se encuentran representadas grecas y grisallas junto con personajes religiosos, confirmándose así su función como capilla.
Justo enfrente de la catedral se encuentra un mirador desde el cual se obtienen unas magníficas vistas de parte de la villa y de la muralla, pareciendo esta un inmenso dragón que discurre por los montes de alrededor.
Otras impresionantes vistas de Albarracín se obtienen desde las mismas murallas, a la cuales llegamos después de subir una pronunciada cuesta iniciada en la Iglesia de Santiago. Una vez arriba nos dirigimos hacía la Torre del Andador, sin duda el mejor punto dentro de las murallas para obtener las mejores vistas.
Para sentir la auténtica magia de Albarracín hay que esperar a que llegue la noche, donde contemplaremos como las paredes rojizas de sus casas se tornan doradas por la luz procedente de los faroles, haciendo que muchos de los rincones de este encantador pueblo parezcan sacados de un ensueño misterioso donde lo fantástico parece cobrar vida.
Una de esas casas llenas de historia y de leyendas es la conocida como Casa Azul o Casa Arzuriaga, cuyo color de su fachada contrasta con los colores ocres y rojizos del resto de casas y edificios del pueblo. Según cuenta la leyenda el antiguo dueño de esta casa del siglo XVII, el ganadero trashumante Pedro Navarro de Arzuriaga, se enamoró de una joven del pueblo de la Carolina en uno de sus viajes de trashumancia a Andalucía, casándose con ella poco tiempo después. Para que su amada no añorara su tierra, Pedro Arzuriaga construyó en el interior de la casa un patio andaluz, además de pintar su fachada de color azul, haciendo que su hogar se pareciera lo más posible a las casas de su pueblo natal. No se sabe con certeza si esta historia es fruto de la fantasía, pero desde luego el encanto del pueblo de Albarracín hace que este tipo de historias fluyan por sí solas.
Para seguir conociendo las mil y unas historias de este magnífico pueblo tenemos la opción de realizar dos visitas guiadas a través de las empresas turísticas El Andador y la Fundación Santa María de Albarracín. La primera de ellas realiza un recorrido por sus laberínticas calles, contándonos multitud de anécdotas e historias, culminando la visita en la casa solariega de Pérez y Toyuela, la cual servirá de preludio para una pequeña degustación de productos típicos de la tierra en su tienda de artesanía.
Esta visita guiada comienza en la Plaza Mayor, cuyo origen se remonta al siglo XI. La mayor singularidad de esta bonita plaza radica en su diseño irregular en forma de U, siendo flanqueada por edificios medievales provistos de balcones y barandillas de forja. Dentro del conjunto de la plaza se encuentra el Ayuntamiento, edificio del siglo XIV sustentado por una base de soportales formado por arquerías de medio punto.
Justo al lado del Ayuntamiento se encuentra un precioso balcón con arcos desde donde se obtienen unas magníficas vistas de la Catedral, la iglesia de Santa María y la Torre de Doña Blanca.
Desde la Plaza Mayor nos adentramos en las intrincadas calles de Albarracín, tan estrechas algunas de ellas que los tejados de las casas casi llegan a rozarse, de este modo durante el frío invierno las casas se resguardan la una a la otra.
Uno de los enclaves más curiosos de Albarracín es el llamado rincón del abanico, una calle donde sus casas se elevan verticalmente desafiando a la gravedad, juntándose unas a otras para aprovechar al máximo el espacio.
Las casas de yeso rojizo con sus entramados de madera y sus diminutas ventanas con flores son otra de esas estampas inconfundibles de esta preciosa villa.
El conocido como Portal de Molina sirve como inmejorable marco para la silueta de la Casa de la Julianeta, no en vano es este uno de los rincones más fotografiados de Albarracín. Esta singular casa de formas irregulares tiene su origen en el siglo XIV, y se encuentra emplazada en el ángulo que forman las calles de Santiago y Portal de Molina, acentuando más si cabe su irregularidad, pareciéndonos que en cualquier momento vaya a perder su verticalidad. Su forma tan peculiar se asemeja en muchos aspectos al arte cubista, donde los objetos o formas pueden ser vistas desde diferentes puntos de vista, al igual que esta casa, que según desde donde la mires cobrará una angulación diferente. Esta relación artística ha podido ser una de las causas por lo que la Casa de la Julianeta tras su rehabilitación sirva actualmente como taller de artistas.
Portal de Molina |
La casa Pérez y Toyuela fue construida en el siglo XVII y es la típica vivienda tradicional dedicada a la actividad ganadera y al comercio de la lana, convirtiéndose actualmente en un auténtico museo de la cultura tradicional. Durante su visita podemos observar muebles y objetos cotidianos de la época, además de su cocina, la cual aún conserva el menaje de hace un siglo. La planta baja de la casa era utilizada para las caballerizas, donde aún pueden verse los arreos de los mulos y caballos.
Casa de los Monterde Casa de Pérez y Toyuela |
La construcción de la actual catedral se inició en el año 1572, ya que este templo se levantó sobre los restos de una antigua iglesia románica de finales del siglo XII, de hecho en los actuales trabajos de restauración iniciados en el año 2010 se han encontrado restos de la mencionada iglesia románica.
El interior se compone de una sola nave cubierta por bóvedas de crucería estrellada de estilo gótico, encontrándose a los pies del templo el Coro, compuesto por una sillería realizada en el siglo XVI en estilo gótico manierista. Justo al lado del Coro se encuentra un precioso órgano del siglo XVIII.
Además del Coro, seis capillas conforman la base del templo, entre las que se encuentra la Capilla del Pilar construida en el siglo XVII, la cual cuenta con un magnifico retablo barroco del siglo XVIII.
Una de las capillas de la catedral ha deparado multitud de sorpresas, se trata de la Capilla de las Almas, estancia que durante mucho tiempo se creyó que era la sacristía, hasta que en las reformas del año 2011 se descubrieron bajo las capas de yeso y pintura de sus paredes unas pinturas murales del siglo XVI. Estas pinturas pertenecen al primitivo templo catedralicio, y en ellas se encuentran representadas grecas y grisallas junto con personajes religiosos, confirmándose así su función como capilla.
Justo enfrente de la catedral se encuentra un mirador desde el cual se obtienen unas magníficas vistas de parte de la villa y de la muralla, pareciendo esta un inmenso dragón que discurre por los montes de alrededor.
Otras impresionantes vistas de Albarracín se obtienen desde las mismas murallas, a la cuales llegamos después de subir una pronunciada cuesta iniciada en la Iglesia de Santiago. Una vez arriba nos dirigimos hacía la Torre del Andador, sin duda el mejor punto dentro de las murallas para obtener las mejores vistas.
Subida a las murallas
Para sentir la auténtica magia de Albarracín hay que esperar a que llegue la noche, donde contemplaremos como las paredes rojizas de sus casas se tornan doradas por la luz procedente de los faroles, haciendo que muchos de los rincones de este encantador pueblo parezcan sacados de un ensueño misterioso donde lo fantástico parece cobrar vida.
Dónde dormir en Albarracín
En Albarracín tienes una amplia oferta de hoteles y casas rurales. Nosotros te recomendamos el Hotel Albarracín ubicado en una casa histórica. Puedes leer aquí la reseña de este hotel.Dónde aparcar en Albarracín
Justo al lado de la Oficina de Turismo, en la parte baja de Albarracín tenemos una zona de aparcamientos gratuitos.Visitas guiadas en Albarracín
- El Andador: Esta visita guiada por Albarracín te descubrirá rincones que muchas veces nos pasan desapercibidos, además incluye la visita a la casa solariega de los Pérez y Toyuela y una degustación de productos típicos. La duración aproximada del recorrido es de 1h30' y su precio es de 3,50€. A parte realizan visitas por la Sierra de Albarracín, donde se encuentran pinturas rupestres.
- Fundación Santa María de Albarracín: Plaza del Palacio s/n. Además de la visita al casco histórico también incluye la entrada a la Catedral. La duración aproximada es de 1h30' y su precio es de 3,50€. Otra de las visitas que realizan es al castillo, al Museo Diocesano, al Museo de Albarracín, a la Catedral, y a la Torre de Doña Blanca. Su precio es de 2,50€.
Otras visitas interesantes en Albarracín
- Museo del Juguete: Una curiosa colección de juguetes expuesta en una antigua casa del barrio del Arrabal. La entrada cuesta 3€.
- Museo de la Alforja: Se trata de una colección de 134 piezas que abarca desde los años 1959 al 1981.
8 Comentarios
Me viene esta entrada de perlas, el sábado pasaré por allí camino de Teruel, así que tomo nota de todo y de las visitas guiadas, no me ha dado tiempo a preparar la escapada y me vendría bien echar mano de una de ellas. Preciosas fotos, ya tengo ganas de estar allí. Gracias!!! Un saludito :)
ResponderEliminarGenia! ya verás como te gusta Albararcín y toda la comarca. Nosotros nunca hemos sido partidarios de las visita guiadas, pero nos lo recomendaron y nos atraía la idea de visitar una casa señorial, un añadido más en este precioso pueblo. A parte, nos gusta visitar la catedral de todos las ciudades que visitamos y esta solo era posible con una visita guiada. Disfruta del viaje!
EliminarMagnífico recorrido por Albarracín, muy bien resumido teniendo en cuenta las muchas posibilidades que ofrece esta localidad. Las fotos preciosas, muestran muy bien la belleza de sus rincones.
ResponderEliminarSin embargo, una pequeña puntualización (aunque importante): Albarracín no es una villa. A pesar de su pequeño tamaño es oficialmente una ciudad. De hecho es una de las quince ciudades de Aragón: Zaragoza, Huesca, Teruel, Calatayud, Tarazona, Jaca, Daroca, Barbastro, Monzón, Caspe, Cariñena, Borja, Alcañiz, Fraga y Albarracín.
Muchas gracias Javier por tus palabras y por la puntualización. La verdad que en muchos sitios habíamos leído que la consideran villa o pueblo por su tamaño, no sabíamos que oficialmente era una ciudad. Saludos!!
Eliminarestupendo articulo en general, y las fotos muy buenas ;)
ResponderEliminarGracias Eduardo! Ha sido muy difícil escoger las fotos. Saludos
EliminarQué cosa más bonita de pueblo y qué fotos! anotado como visita obligatoria :)
ResponderEliminarGracias Andrea! es pueblo para disfrutarlo muy lentamente, recorriendo sus estrechas calles, y si puedes intenta pasar una noche alojada en alguno de sus hoteles, por la noche este pueblo cambia totalmente. Saludos!
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