El museo del libro Fadrique de Basilea en Burgos

El museo del libro de Burgos abarca en sus cuatro plantas la historia de los libros, desde la antigüedad hasta nuestros días, libros que hablan al ser leídos y que cuentan historias que transmiten al lector multitud de conocimientos y emociones. Este museo desde luego bien merece una visita por su extenso catalogo de libros y manuscritos, junto con didácticas explicaciones, además de contar con una sala de proyección donde se cuenta la historia del libro en imágenes. El nombre del museo se debe a unos de los más importantes impresores del s.XV en la ciudad de Burgos, Fadrique de Basilea, un impresor alemán que instaló su imprenta en la ciudad.

Museo del libro Fabrique de Basilea, Burgos

Hace más de 5.000 años el ser humano sintió la necesidad de transmitir mensajes mediante el empleo de signos, dando lugar a las primeras escrituras como remedio más eficiente ante el olvido, expandiéndose rápidamente.

Museo del libro Fabrique de Basilea, Burgos

PRIMERAS ESCRITURAS DE LA HISTORIA

Alrededor del IV milenio a. C. nace en Mesopotamia la escritura, siendo las tabletas de piedra sumerias los testimonios más antiguos del lenguaje escrito. Con el tiempo los escribas sumerios empezaron a registrar no solo las ideas si no también los sonidos, siendo un avance muy importante, ya que después apareció la escritura fonética. La escritura sumeria se extendió entre algunos pueblos mesopotámicos como los acadios, babilonios y asirios.

Museo del libro Fabrique de Basilea, Burgos
Escritura sumeria
Museo del libro Fabrique de Basilea, Burgos
Escritura sumeria
LOS JEROGLÍFICOS, ESCRITURA DEL ANTIGUO EGIPTO

El lenguaje egipcio antiguo comenzó a escribirse desde el 3200 al 2600 a.C., siendo conocida como escritura jeroglífica. Esta escritura se utilizaba la mayoría de las veces para las inscripciones sagradas, tratándose de combinaciones de gráficos y elementos decorativos que se utilizaban en distintos rituales y ceremonias religiosas. El término "jeroglífico" significa "escritura sagrada" y procede de los viajeros griegos que quedaron fascinados por la cantidad, tamaño y belleza de signos esculpidos en paredes y estelas.

Museo del libro Fabrique de Basilea, Burgos
Escritura jeroglífica

El soporte más utilizado para escribir en Egipto fue el papiro, sustraída de una planta criada en la ribera del río Nilo, planta con tallos muy gruesos que alcanzan los 3 o 4 metros de altura. La preparación del papiro se efectuaba separando en tiras el tallo, y mediante el prensado y secado de las tiras se obtenía una superficie parecida al papel sobre el cual se realizaban los dibujos o grabados.

Museo del libro Fabrique de Basilea, Burgos
Escritura jeroglífica sobre papiro

DESCUBRIMIENTO DE LA PIEDRA DE ROSETTA

Para el desciframiento de la escritura jeroglífica sucedió un hecho importante en el año 1799, ya que durante una expedición francesa se descubrió la llamada Piedra de Rosetta, una piedra de granito negro de 114 centímetros de altura, 73 centímetros de anchura, y 28 centímetros de grosor, siendo su peso de 760 kilos. En ella se encuentra escrito por triplicado un texto del año 196 a.C., que contiene en la parte superior 14 líneas en jeroglífico, en la parte media 32 líneas en demótico, y en la parte baja 54 líneas en griego.

Consciente de la importancia de este documento, los eruditos británicos hicieron copias y las enviaron a distintas universidades con el fin de que los investigadores la estudiaran, siendo un joven francés, llamado Jean François Champollion el que daría sentido al contenido de la piedra. Champollion nació en la localidad gala de Figeac en el año 1790, y pronto demostraría su facilidad para aprender lenguas antiguas. A lo largo de su juventud aprendería, entre otras lenguas, latín, griego, hebreo, árabe y copto.

Entre los años 1821 y 1822 Champollion empezó a publicar sus investigaciones sobre el desciframiento de la escritura jeroglífica, estableciendo una lista de equivalencias con el griego. El joven investigador descubrió que el texto egipcio de la Piedra de Rosetta era una copia del griego y observó que unos signos jeroglíficos eran alfabéticos, otros silábicos, y otros determinativos. El griego, al ser un idioma conocido permitió a Champollion, junto también al investigador Thomas Young descifrar las otras dos escrituras, principalmente los jeroglíficos, cuyo significado exacto aún era desconocido.

Museo del libro Fabrique de Basilea, Burgos

EL ALFABETO GRIEGO

En el mundo occidental fueron los griegos quienes reinventaron el alfabeto moderno en el siglo IX a.C., cogiendo como base el fenicio y añadiendo tres signos más para conformar 24 letras, encontrándose multitud de estas inscripciones en piedra, cerámica, metales y madera. En la cultura griega el conocimiento se transmitió a través de rollos y volúmenes que se podrían considerar como los primeros libros de la historia.

Museo del libro Fabrique de Basilea, Burgos
Alfabeto griego
LOS CODEX ROMANOS

Otro formato donde se desarrolló la escritura antigua fue "El Codex", tablillas de cera donde los romanos agrupaban un conjunto de hojas de pergamino, que una vez plegadas, se juntaban unas dentro de otras para formar un número variable de folios, que se unían entre sí por el margen interno mediante una costura y protegiéndolos con una encuadernación.

Codex romanos Museo del libro Fabrique de Basilea, Burgos
Codex romanos

LOS CÓDICES Y LIBROS EN LA EDAD MEDIA

A finales del siglo V, a comienzos de la Edad Media, solo algunos monasterios custodiaban el espíritu de la cultura escrita, copiando en los scriptoria las más bellas obras de todo el periodo. En sus bibliotecas conservaron cientos de códices clásicos y de la época. Durante la Edad Media fueron muy comunes los conocidos como "libro de horas", que contienen textos de rezos y salmos, junto con bellas ilustraciones.

Museo del libro Fabrique de Basilea, Burgos
Libro de horas "El jardincito del alma", Amiens (1569)

Museo del libro Fabrique de Basilea, Burgos
Libro de horas de Rothschild s.XVI                Libro de horas de los Escolapios s.XV
A partir del s. XII, con la creación de las primeras universidades, el tratamiento de los códices dejó de ser únicamente religioso ampliándose los temas a heráldica, sociedad o humanidades.

LA INVENCIÓN DE LA IMPRENTA

A mediados del s. XV la forma de elaborar libros cambió, ello se debe a la invención de la imprenta por el orfebre Johannes Gutenberg, siendo una autentica revolución, ya que la imprenta de tipos móviles permitió hacer un mayor número de copias de libros en menos tiempo. Este sistema consiste en confeccionar moldes en madera de cada una de las letras del alfabeto y posteriormente rellenar los moldes con plomo, listos para la impresión en papel. Gracias a los descubrimientos geográficos realizados en los siglos XV y XVI se imprimieron libros de geografía que contenían mapas y atlas.


Museo del libro Fabrique de Basilea, Burgos
Libros de atlas de los siglos XVI y XVII

EL LIBRO EN EL SIGLO XVIII

El siglo XVIII fue conocido como el Siglo de las Luces, ya que se produjo un gran desarrollo de las enciclopedias y los diccionarios, resurgiendo el arte tipográfico en la industria del libro, dando un salto de calidad en las imprentas gracias a la introducción de mejoras técnicas, ya que se perfecciono la fabricación del papel, así como las tintas y la fundición de tipos.

Ya en esta época aparecen nuevos libros que muestran una nueva manera de estudiar y comprender la naturaleza, despertándose el interés por obras informativas de fauna, flora, astronomía, matemáticas o medicina. Corresponde a estos años además la aparición de la prensa, con la edición de las primeras publicaciones periódicas de carácter semanal en Europa.

Historia Botánico (1744)

EL LIBRO EN EL SIGLO XIX

El siglo XIX estuvo marcado por la extensión de la enseñanza, aumentando el interés por la información. A la fabricación de la hoja continua de papel, se sumó la composición mecánica de texto con linotipia y monotipia, incluyendo a finales del siglo la fotografía.

Libro de setas s.XIX

EL LIBRO EN EL SIGLO XX Y XXI

Ya en el siglo XX la producción en masa del libro lo convierte en objeto de uso cotidiano, con un gran número de títulos publicados y de ejemplares por tirada, produciéndose un progresivo desplazamiento de la mecánica por la electrónica, con nuevos procedimientos de impresión como el offset.

En los últimos años el libro electrónico va conviviendo con el libro de papel, desde luego este nuevo sistema para nosotros tiene la ventaja de no acumular tantos libros y polvo, pero sin duda habrá gente que preferirá el tacto de sus hojas y ese olor que desprenden los libros clásicos, sobre todo los más antiguos. Y como dijo Jose Luis Borges

De los diversos instrumentos inventados por el hombre, el más asombroso es el libro, todos los demás son extensiones de su cuerpo...Sólo el libro es una extensión de la imaginación y la memoria.

Fuente de información: paneles de información del museo

Museo del libro Fadrique de Basilea (Actualizado Noviembre 2015)

Dirección: Travesía del mercado, 3 09003 Burgos
Horario: de lunes a sábado de 10.00 - 14.00 y de 16.30 - 20.00 ; cerrado los domingos
Precio: 3,00€ (gratis con la entrada a la visita de la catedral); Reducida: 2€ para jubilados, desempleados, universitarios y Amigos del Patrimonio.

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2 Comentarios

  1. Cuando estuve en Burgos no sabía de la existencia de este museo (y al comprar la entrada de la Catedral no me dijeron nada). De modo que hay que volver porque me parece un recorrido muy interesante por el mundo del libro.

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    1. Fuimos a Burgos hace un par de años y con la visita a la catedral nos daban el ticket para visitar este museo. Actualmente no lo sé, supongo que ya no lo hacen así y hay que pagar el museo aparte. Aún así te recomendamos que lo visites, pues merece mucho la pena. Saludos!

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